Un exitoso comerciante de telas en La Ceiba: lo que se sabe de la vida de Nasser, hombre con sobrepeso
Su nombre ha trascendido por la difícil enfermedad que enfrenta, pero quienes lo conocieron años atrás recuerdan a un hombre muy educado y amable que atendía a sus clientes con una sonrisa
- 23 de junio de 2025 a las 14:21

Más allá de la complicada condición de salud por la que atraviesa Nasser Hilsaca, en él se esconde una persona noble y muy cortés, o al menos así lo recuerdan muchos cuando atendía su negocio.

En publicaciones de medios ceibeños, varias personas han dejado sus comentarios. Trascendió que él era un comerciante, dueño de un negocio de telas en La Ceiba, departamento de Atlántida, en la zona atlántica de Honduras.

"Él no era así. Cuando yo lo conocí, tenía una tienda de telas en el San Isidro", comentó una internauta en redes sociales.

Y así es como hoy, muchas de las personas que conocieron a Nasser años atrás solo esperan que se recupere. Pese a las dificultades, a él se le vio con una bonita sonrisa.

Tras haber estado cinco años en cama a causa de su sobrepeso y otros padecimientos, hoy el comerciante será atendido en el Hospital de Atlántida, donde se acondicionó un espacio especial para él. Las autoridades hospitalarias mandaron a unir tres camillas para que él pueda descansar cómodo.

El primer padecimiento de Nasser Hilsaca es la obesidad; desde hace cinco años no podía levantarse y fue en una habitación del tercer piso de este edificio donde vio su vida pasar todo ese tiempo. ¿Qué otras enfermedades lo afectan?

Además de la obesidad, padece insuficiencia renal y úlceras. Estas son algunas de las condiciones médicas que enfrenta este comerciante de origen árabe, quien ha vivido en La Ceiba.

Como sus más de 600 libras le impiden caminar, fue imposible que bajara caminando por las gradas, así que lo trasladaron con ayuda de una grúa.

Para poder acceder a él, los socorristas tuvieron que cortar parte del balcón del tercer piso e ingresaron con una camilla especial conectada a la grúa.

Una vez que bajó del edificio, fue trasladado en una plataforma hasta el hospital, donde esperan ayudarlo a recuperar su movilidad y su salud. El caso ha trascendido no solo porque no es común en Honduras, sino también por lo querido que es en La Ceiba. Muchos lo recuerdan como el hombre que siempre atendía con una sonrisa.