Escuela Franciscana en San Pedro Sula resguarda reliquia de Carlo Acutis
La Escuela Franciscana de San Pedro Sula confirmó que resguarda una reliquia de primer orden de San Carlo Acutis, el joven italiano canonizado este domingo en Roma
- 07 de septiembre de 2025 a las 11:11
La canonización de Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati celebrada este domingo en Roma tuvo un eco especial en la capital industrial de Honduras, donde la Escuela Franciscana confirmó que resguarda una reliquia de primer orden del joven italiano conocido como el “influencer de Dios”.
Se trata de un cabello de San Carlo Acutis, entregado con todas sus acreditaciones al centro educativo por decisión de las autoridades eclesiásticas.
La reliquia permanecerá en la institución, que además fue elegida como sede de la ExpoCarlo, una exposición internacional sobre los milagros eucarísticos y apariciones marianas que el santo recopiló en un sitio web antes de su muerte.
Alumnos y docentes de la Escuela Franciscana siguieron la ceremonia presidida por el papa Francisco a través de internet, la misma herramienta que Carlo utilizó como medio de evangelización.
Jóvenes católicos expresaron sentirse identificados con él por su estilo de vida cercano, sus intereses cotidianos y su testimonio de fe.
“Esta canonización cambia muchas cosas en el mundo, porque hay que entender que la tecnología avanza y puede usarse de buena manera”, señaló la directora de la institución, Lourdes Fernández.
La exposición actualmente se encuentra en España, pero en los próximos días arribará a Honduras.
La muestra incluye el trabajo digital de Carlo, conocido como el primer santo millennial, patrón de internet, “ciberapóstol” e “influencer de Dios”.
“Gracias a Dios, a través del señor Miguel Lenihan, fuimos bendecidos con esta reliquia que llegó con todas sus acreditaciones. Monseñor decidió que estuviera acá porque somos representantes de la ExpoCarlo, exposición que su madre ha llevado a varios países tras su muerte”, explicó Fernández.
Carlo Acutis falleció en 2006, a los 17 años, tras ser diagnosticado con leucemia. Era aficionado al fútbol, a los videojuegos y al equipo Milán, además de ser conocido por su solidaridad con los más necesitados de su comunidad.
En Honduras, su vida y mensaje encuentran eco en los estudiantes que lo consideran un modelo de fe y modernidad.
En San Pedro Sula, el fervor se hizo presente tras la canonización, recordando una de sus frases más célebres: “La eucaristía es la autopista para llegar al cielo”.