¿Cómo llegó a pesar 630 libras?: narran la historia de Nasser, “el hombre más obeso de Honduras”
Nadie que lo conoció en su infancia podría haber imaginado que llegaría a pesar 630 libras. En sus años de escuela en La Ceiba, Nasser era un niño delgado, con un peso promedio de 100 libras
- 29 de junio de 2025 a las 00:00
El caso de Nasser Hilsaca trascendió en La Ceiba y conmovió al país entero cuando, a causa de su obesidad extrema, quedó atrapado en un apartamento del tercer piso, sin poder salir por sus propios medios.
Luego de que su salud empeorara, se llevó a cabo una arriesgada operación de rescate: fue bajado por una grúa desde unos 20 metros de altura y luego trasladado en una rampa remolcada por el Cuerpo de Bomberos hasta el hospital Atlántida.
Nadie que lo conoció en su infancia podría haber imaginado que llegaría a pesar 630 libras. En su primaria era un niño que pesaba aproximadamente 100 libras.
Nasser nació el 5 de julio de 1968 en Tegucigalpa. Sus padres, Isa José y Mirian Hilsaca, llegaron a Honduras desde Palestina huyendo de la guerra.
Se establecieron primero en Comayagua y luego, cuando Nasser tenía apenas cuatro años, se trasladaron a La Ceiba, donde abrieron una tienda de telas llamada La Nueva. La familia era conocida por su trabajo y compromiso con la comunidad ceibeña.
Nasser estudió la secundaria en el Instituto San Isidro de La Ceiba, donde se graduó como bachiller en Ciencias y Letras. Nunca se casó ni tuvo hijos, y desde muy joven se dedicó a vender diversos productos.
Su hermana recuerda que fue alrededor de los 15 años cuando empezó a ganar peso de forma descontrolada. Una fotografía de él a los 12 años revela a un muchacho delgado, sonriente, muy distinto al hombre atrapado entre paredes y kilos.
Basima, su hermana ha explicado que el aumento de peso de Nasser estuvo relacionado con un trastorno alimenticio y con el tipo de vida que llevaba. “De niño era un huesito", contó.
La comida desbalanceada, el sedentarismo y, con el tiempo, las complicaciones de salud y el estrés, contribuyeron a que su cuerpo cambiara drásticamente. La obesidad no solo lo atrapó físicamente, también lo encerró mental y emocionalmente, narró su hermana.
Cuando llegó la pandemia en 2020, Nasser se refugió en un apartamento del tercer piso frente al mercado San Isidro, en el centro de La Ceiba. Su movilidad ya estaba limitada, y con el confinamiento su encierro se volvió permanente.
Una caída agravó su estado físico y emocional. Según su hermana, fue un punto de quiebre. A esto se sumaron problemas psicológicos y ansiedad, que lo sumieron aún más en el aislamiento.
“Me siento bien, aquí me están atendiendo bien”, dijo desde la cama del hospital Atlántida, tras haber sido rescatado.