Sydney Sweeney: El camino agridulce a la meta, entre la discreción y el escándalo
La actriz estadounidense, conocida por sus papeles en Euphoria y The White Lotus, que está ahora en el foco mediático por el polémico anuncio de American Eagle y las declaraciones de Donald Trump
- 11 de agosto de 2025 a las 10:51
Ya lo decía la propia Sydney Sweeney: “Por desgracia, yo no controlo mi imagen: mi imagen está en sus manos”. Y eso es lo que ha sucedido tras la campaña que protagonizó la actriz para la marca de jeans American Eagle.
"Sydney Sweeney Has Great Jeans” (O Sidney Sweeney tiene unos jeans geniales), generó un fuerte rechazo en ciertos grupos que dedujeron que la campaña se trata de genes y busca establecer estándares idealizados: chica rubia, buen cuerpo...
La marca no pedirá disculpas por su campaña, y la actriz, por su parte, tampoco.
Pero ¿cómo llega una joven actriz a estar en el punto de mira por un anuncio de pantalones vaqueros? Pues como dice la campaña, esta es “su historia”. La historia de cómo Sydney Sweeney llegó a ser una estrella que arde en el candelero.
Sydney Bernice Sweeney nació el 12 de septiembre de 1997 en Spokane, Washington, en el seno una familia trabajadora y religiosa que, durante generaciones, habían vivido en un idílico entorno rural, en una casa con un lago, cerca de Idaho.
Y en ese entorno rural donde "actuar era un cuento de hadas”, la pasión por la actuación se despertó, y le pidió a sus padres que la apoyaran. “Los cineastas estaban haciendo audiciones, así que rogué a mis padres que me dejaran audicionar preparando una presentación de un plan de negocios a cinco años”.
Cuando las puertas de la actuación se abrieron para ella, sus padres "lo sacrificaron casi todo. Tuvieron que dejar su casa, en la que llevaban toda la vida. Los Ángeles es diez veces más caro que donde yo crecí. Todo el estrés financiero y familiar nos desgastó mucho y ellos acabaron divorciándose”, relató.
Por todo aquello, Sweeney es consciente de que su ascenso a la cima ha sido complicado y siempre tiene en mente a su familia: “El camino para llegar a donde estoy ahora no ha sido feliz, pero intento devolverles todo lo que puedo”.
Antes de ser famosa, tuvo pequeños papeles en series como Criminal Minds o Grey's Anatomy. Después llegaron roles recurrentes en producciones como Everything Sucks!, Sharp Objects o The Handmaid's Tale. También trabajó en algunas películas, como Along Came the Devil (2018), Clementine (2019), Big Time Adolescence (2019) y Once Upon a Time in Hollywood (2019).
Pero su verdadero salto a la fama llegó en 2019 con el papel de Cassie Howard en la exitosa serie Euphoria de HBO. Un personaje con el que, según la actriz, “mucha gente puede conectar con el hecho de que ella está buscando amor y validación y tratando de encontrarse a sí misma”. Desde entonces, su filmografía no ha parado de crecer, con películas como Nocturne (2020), The Voyeurs (2021), Reality (2023), Madame Web (2024) o Echo Valley (2025). Además, en 2021 interpretó a un personaje principal en la serie The White Lotus.
Para su vida personal Sydney siempre ha sido discreta: “nunca he compartido mucho sobre mi relación”, dijo a Glamour en alusión al romance que de 2018 a 2025, con compromiso en 2022 de por medio, mantuvo con el empresario Jonathan Davino.
Sin embargo, recientemente ese perfil bajo se ha roto y Sydney se encuentra ahora en el ojo del huracán por la campaña de American Eagle.
En los anuncios, la marca juega con un doble sentido entre “genes” y “jeans” (pantalones vaqueros), que tienen una pronunciación similar en inglés. Así, en uno de los spots la actriz explica la importancia de los genes a la hora de heredar el color de pelo y ojos para luego decir “Mis ‘jeans’ son azules”.
A raíz de esto, hubo críticas al asociar la campaña con un mensaje eugenésico o racista, debido en parte también a que Sydney es rubia y de ojos claros. Además, algunas personas también señalaron que estos anuncios alimentan “estereotipos machistas”. Y así, en medio de toda la polarización, Sydney Sweeney se ha convertido a ojos de algunos en la representación del “nuevo nazismo” mientras que para otros es un ícono contra la “cultura woke”.