¿Quién fue Alejandra “Locomotora” Oliveras y de qué murió en Argentina?
Desde Jujuy hasta México, Alejandra "Locomotora" Oliveras conquistó títulos mundiales y desafió normas, inspirando autenticidad y compromiso social
- 29 de julio de 2025 a las 00:00
La argentina Alejandra Marina Oliveras, más conocida como la "Locomotora", falleció a los 47 años el lunes 28 de julio. Fue excampeona mundial de boxeo y dejó un legado imborrable en ese mundo. ¿De qué falleció? Aquí todos los detalles.
Alejandra murió tras sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) registrado el pasado 14 de julio. Los médicos del hospital donde permaneció ingresada explicaron que había sido sometida a una intervención quirúrgica. Agregaron que la excampeona padecía patologías en la arteria carótida y era hipertensa, condiciones que no controlaba y que, según ellos, pudieron haber contribuido a su estado grave.
La noticia conmocionó al país y otras partes del mundo, debido a que en días anteriores se había informado de una mejoría en su estado de salud. Sin embargo, la alegría de los seguidores de Alejandra "Locomotora" duró poco, pues al filo de las 4:00 de la tarde del lunes se anunció su deceso.
Oliveras nació en una familia pobre del norte argentino, creció en Córdoba y Santa Fe, donde fue criada en un entorno duro, pero lleno de amor familiar.
A los 11 años, ya soñaba con manejar autos y tractores. A los 17, aprendió a defenderse del abuso y los golpes del padre de sus hijos y descubrió en el boxeo una pasión que le cambiaría la vida para siempre. Desde ese momento, se convirtió en una figura que no solo conquistó títulos, sino también corazones.
La “Locomotora” Oliveras fue la primera en imponer una sexualidad y sensualidad audaces sobre el cuadrilátero. Su presencia en el ring rompió esquemas, con escotes llamativos y un body painting con los colores argentinos en el pesaje, desafiando las convenciones del boxeo tradicional.
A lo largo de su carrera, Oliveras conquistó cinco títulos mundiales en diferentes pesos, incluyendo cuatro oficiales y uno opcional de la WPC. Perdió en peleas memorables, como contra “La Tigresa” Acuña en 2008 en el Luna Park, pero jamás admitió públicamente esas derrotas, alimentando su leyenda de invencible.
En diversas entrevistas, Alejandra manifestó su admiración por estrellas del boxeo como Tyson y Floyd Mayweather. Sentía una profunda devoción por Amílcar Brusa, a quien consideraba como un padre y quien fue una de sus figuras más importantes en su vida.
En sus últimos años, Oliveras peleó en la Patagonia, en Las Heras, Santa Cruz, donde culminó su carrera en un combate de 12 rounds. Su última corona fue conquistada en esa región.
Más allá del ring, Alejandra Oliveras intentó acercarse a la política, según explicó en su momento, "no por ambición de poder, sino por un deseo genuino de ayudar" a su comunidad.
Su muerte ha conmocionado a sus seguidores y amantes del boxeo por su estilo de vida comprometido. “El boxeo no me dio ni un auto viejo. Ni con mi primer cinturón, ni con dos o con tres. Ni con 6. La mujer no gana una mierda. Lo tengo que decir con esa mala palabra. En el fútbol pasa lo mismo. Lo que yo tengo, me lo gané y me lo gano laborando. Con sponsors, con charlas motivacionales. Hasta ánimo cumpleaños, casamientos. ¡Yo laburo!”, expresó Alejandra en una de sus últimas entrevistas.
Hoy, la “Locomotora” Oliveras es recordada como una figura que rompió moldes, desafió estereotipos y peleó no solo en el ring, sino también por sus ideales.