¿Quién es Virginia Giuffre y cómo se convirtió en víctima del caso Jeffrey Epstein?
Virginia Giuffre, conocida por su valentía en denunciar abusos sexuales por parte de Jeffrey Epstein y el príncipe Andrés, murió a los 41 años en Australia
- 26 de abril de 2025 a las 16:57

Virginia Giuffre, una de las voces más resonantes en la lucha contra el abuso sexual de menores, murió presuntamente por suicidio a los 41 años en su residencia en Australia Occidental, así lo dieron a conocer sus familiares este sábado 26 de abril.

Giuffre, madre de tres hijos, fue una figura central en el escándalo que rodeó a Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell, ambos condenados por delitos sexuales y tráfico de menores. Su denuncia expuso una red de explotación que atravesó personajes de alto perfil, incluyendo al príncipe Andrés de Inglaterra, quien siempre negó las acusaciones.

La policía de Australia Occidental informó que Giuffre fue encontrada sin vida en su vivienda en Neergabby, y que, por el momento, no hay indicios de circunstancias sospechosas.

Sin embargo, la investigación continúa en curso, dejando en suspenso las causas exactas de su muerte. La familia describió a Virginia como una “guerrera feroz en la lucha contra el abuso sexual” y lamentó que el peso de su historia y el trauma acumulado se hayan cobrado su vida.

Su historia personal fue marcada desde muy joven por el abuso y la adversidad. Nacida como Virginia Roberts en California en 1983, su infancia fue “robada” por experiencias traumáticas que la llevaron a vivir en hogares de acogida y, luego, a la calle a los 14 años.

La vulnerabilidad que sufrió en su niñez la convirtió en una de las víctimas más visibles del sistema de explotación de Epstein.

En el año 2000, tras varios años de lucha por reconstruir su vida, conoció a Ghislaine Maxwell, socialité británica y colaboradora cercana de Epstein, quien le ofreció un trabajo en Mar-a-Lago, propiedad de Donald Trump.

Desgraciadamente, lo que parecía ser una oportunidad laboral se transformó en el inicio de años de abusos y manipulaciones, según su testimonio.

Su encuentro con Epstein ocurrió en Palm Beach, donde afirmó que Maxwell le instruyó sobre cómo realizarle masajes a Epstein, en un entorno que ella describió como un comienzo de un ciclo de explotación.

En 2008, ya como adulta, Giuffre fue condenada por solicitar servicios de prostitución a una menor, un capítulo oscuro que complicó su historia pública, aunque ella siempre sostuvo que fue manipulada y víctima de la red.

La denuncia que la catapultó a la fama fue la de haber sido abusada sexualmente por Epstein y, posteriormente, por Maxwell, quienes fueron condenados por tráfico y explotación de menores. En su relato, Giuffre afirmó que Epstein la utilizaba como “pasadora” en vuelos privados y eventos exclusivos, donde las figuras más poderosas del mundo estaban presentes.

Su acusación más impactante fue contra el príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel II, a quien afirmó haber visto en varias ocasiones en encuentros sexuales en Londres, Manhattan y las Islas Vírgenes.

La foto que muestra al príncipe con el brazo alrededor de Giuffre en Londres se convirtió en un símbolo de la denuncia, aunque él siempre negó haber tenido relación alguna con ella.

El príncipe Andrés declaró en una entrevista que no recordaba haber conocido a Giuffre y negó categóricamente cualquier relación sexual con ella. Sin embargo, la demanda civil presentada por Giuffre en su contra añadió un capítulo más a la trama, generando un escándalo internacional que aún persiste.

Tras años de lucha, Giuffre logró escapar de la red de Epstein y en 2003 decidió rehacer su vida en Australia, donde se casó y tuvo sus hijos. Desde entonces, dedicó parte de su tiempo a fundar una organización sin fines de lucro para apoyar a víctimas de trata y abusos sexuales, en un esfuerzo por transformar su dolor en lucha.

En los últimos años, su relación con el caso Epstein permaneció activa, y en una entrevista reciente expresó que aún creía que había más personas implicadas en la red de explotación. La muerte de Giuffre deja en suspenso la posibilidad de que se conozcan más detalles sobre esa oscura red de poder y corrupción.