¿Por qué odian a Fátima Bosch, la ganadora de Miss México 2025?
Fátima Bosch fue coronada como Miss Universo México 2025, aunque obtuvo el título más importante de la noche, su triunfo no estuvo acompañado del respaldo pleno de sus compañeras, lo que desató una gran polémica
- Actualizado: 20 de septiembre de 2025 a las 17:44
Durante el momento de la coronación, solo cuatro finalistas permanecieron a su lado en el escenario, el resto de las concursantes se retiraron o se mostraron indiferentes. A continuación los detalles de la polémica que rodea a la nueva Miss México 2025, Fátima Bosch, catalogada como la más odiada del certamen.
Videos compartidos en plataformas digitales evidenciaron que varias de las participantes decidieron aplaudir y vitorear a otra candidata, Yoana Gutiérrez, Miss Jalisco, en lugar de unirse a los aplausos hacia la ganadora oficial.
Este comportamiento fue interpretado de dos maneras: algunos lo vieron como una muestra de deslealtad y falta de profesionalismo, mientras que otros lo leyeron como una protesta silenciosa ante lo que consideraban un resultado poco justo.
La controversia se amplió cuando comenzaron a señalarse posibles influencias políticas detrás de la elección de Bosch. Su padre, Bernardo Bosch Hernández, trabaja como asesor en Pemex; su hermano ocupa un cargo en el Senado; y su tía, Mónica Fernández Balboa, es una exsenadora de Morena que actualmente dirige el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado.
Estos vínculos familiares despertaron sospechas de favoritismo y alimentaron la percepción de que su victoria no fue del todo transparente. Esa narrativa explicaría el rechazo mostrado por algunas concursantes, quienes habrían sentido que la competencia no fue equitativa.
Ante la ola de críticas, Fátima Bosch salió al paso con un mensaje claro. Reconoció que la actitud de varias de sus compañeras la entristeció y subrayó que la sororidad debe ir más allá de palabras bonitas, siendo un valor que se practica con hechos, especialmente en momentos de triunfo o derrota.
Asimismo, defendió el proceso del certamen, asegurando que la organización siempre busca elegir a la candidata “mejor preparada” para representar a México en escenarios internacionales, y que ella confía en haber demostrado sus capacidades.
El episodio ha puesto a Fátima Bosch bajo los reflectores no solo como reina de belleza, sino también como figura pública sujeta al escrutinio de los medios y la sociedad, lo que la obliga a demostrar su preparación más allá de los cuestionamientos.
Su coronación, marcada por la controversia, representa tanto un reto como una oportunidad: por un lado, debe enfrentar el señalamiento de favoritismo; por otro, tiene la posibilidad de consolidarse internacionalmente y cambiar la percepción con resultados en futuras competencias.