De "Hijos del mal" a "Tu jardín con enanitos": El éxtasis de Melendi en Tegucigalpa
Melendi deleitó al público hondureño que se dio cita anoche en el Coliseum Nacional de Ingenieros con un concierto repleto de matices y cargado de concesiones al pasado
- 07 de noviembre de 2025 a las 06:40
Se abre el telón —o, en este caso, la pantalla digital— y la banda comienza a sonar, llenando el espacio de acordes que elevan la expectación de un público puntual y ansioso. Entonces aparece una figura: un hombre de mediana edad, desenfadado, con la confianza de quien sabe a lo que viene. Es Melendi, en su primera visita a Honduras.
Pocos artistas alcanzan un concepto tan equilibrado entre lo meramente artístico y lo comercial como el de Melendi.
Su trayectoria supera ya las dos décadas y, con su peculiar voz y capacidad interpretativa, este español —quizás el asturiano más desenfadado en escena— se ha afincado en el corazón del pop español contemporáneo. Y ayer lo confirmó.
En su debut en Honduras —tardío, pero ansiado, como él mismo confesó— celebró su evolución artística y esa condición de autor que ha sabido crecer sin perder el carácter osado.
Salió al escenario a las 9:00 y se marchó cerca de las 11:00. En total, casi dos horas en las que decidió "presentarse", finalmente, ante el público hondureño.
Abrió sólido con "Hijos del mal" y, vestido con camiseta negra y jeans, el llamado “rebelde romántico” encendió el Nacional de Ingenieros Coliseum con "Tocado y hundido" y "De pequeño fue el coco". La efervescencia del aforo fue en aumento hasta que llegó "Con una sola sonrisa".
“Quiero presentarme ante ustedes y que me conozcan, pero, sobre todo, que entiendan por qué esta noche es tan especial para mí. Quiero mirarles a los ojos y agradecerles, de todo corazón, por hacerme sentir tan bienvenido en mi primera vez en su hermoso país. ¡Ya les vale! Veinticinco años de carrera y apenas ahora vengo por primera vez. Espero que no pasen otros 25, porque con el bastón va a ser más complicado subir al escenario”, dijo entre risas.
Acto seguido, añadió con tono emotivo: “Esta noche quiero compartir con ustedes canciones que han marcado estos 25 años de camino, y ojalá que al final todos nos vayamos de aquí con una gran sonrisa.”
El público respondió con una ovación cálida. Ese espíritu de complicidad terminó marcando el tono de la noche.
La "Gira 20 años" de Melendi combina la rumba y el flamenco con estructuras propias del pop-rock moderno, confirmando su capacidad para fusionar estilos sin perder identidad.
Su voz, de timbre cálido y textura ligeramente rasgada, imprime una intensidad emocional muy sui generis, más cercana a la interpretación honesta que al virtuosismo ornamental.
En sus primeros trabajos predomina la guitarra acústica y la percusión orgánica; en los más recientes, se percibe una mayor riqueza instrumental y un tratamiento vocal más sofisticado. Su fraseo directo y conversacional conserva siempre ese sello narrativo que lo distingue entre sus contemporáneos.
Pero Melendi no es solo intérprete: es autor de su propio repertorio. Sus créditos recorren toda su discografía, reflejando una voz lírica que se nutre de vivencias personales, referencias cotidianas y personajes reconocibles.
Sus letras, escritas a menudo en colaboración, conservan un tono sincero y un humor inmediato que lo acercan aún más a su público. Cuando llegó "Mírame", el cantante descendió del escenario para cantar frente a las primeras filas. Su presencia tenía la capacidad de acortar cualquier distancia.
El punto álgido de la noche fue con "Tu jardín con enanitos". Un verde brillante envolvió el escenario mientras miles de personas cantaban al unísono. En las pantallas, un bosque animado acompañaba la escena; frente a él, Melendi sonreía con la certeza de haber conquistado definitivamente al público hondureño.