Tegucigalpa, Honduras.- El Consejo Nacional Electoral (CNE) juega un pilar fundamental en la consolidación de la democracia en Honduras.
Sin importar los nombres que ha tenido a lo largo de la historia democrática del país desde 1982 a la fecha, la institución fue creada para dirigir la organización, supervisión y legitimación de los procesos electorales, garantizando el ejercicio libre del voto de los ciudadanos y el respeto a la voluntad popular.
¿Pero, ha logrado desarrollar a cabalidad el papel para el que fue creado?, según el analista político y docente de Sociología en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, (UNAH), Roberto Briceño “el CNE ha enfrentado dificultades para gestionar el proceso electoral de manera confiable y transparente debido a la interferencia de intereses políticos y la falta de claridad en algunos procedimientos”.
El analista afirma que el CNE ha tenido que lidiar con denuncias de fraude y malas prácticas electorales, lo que ha generado desconfianza generalizada en la población.
Por lo que, según Briceño, “para restaurar la confianza, el CNE debería denunciar a los responsables de intentar obstaculizar las elecciones y ser más transparente en la publicación de resultados y en la gestión de las irregularidades”.
Sobre el reciente proceso electoral primario, Briceño afirma que, persisten las “dudas sobre la influencia de fuerzas externas que podrían haber afectado el proceso electoral, como la intervención de las Fuerzas Armadas en la logística electoral, la edición de fotos y el transporte del material electoral”.
El proceso histórico del CNE
Los cambios y reformas por los que ha pasado el CNE a lo largo de la historia han dejado una huella significativa en la trayectoria política del país, ya que estos ajustes han tenido tanto efectos positivos como negativos en la legitimidad de las votaciones en Honduras, afirma el exmagistrado del entonces TSE y político nacionalista, David Matamoros Batson.
Batson explicó que antes el CNE se llamaba Tribunal Supremo Electoral (TSE) y operaba de manera distinta. La selección de magistrados era una decisión directa del Congreso Nacional (CN).
Pero, con la creación del CNE en 2019, el proceso cambió y ahora los consejeros son propuestos por los partidos políticos y posteriormente ratificados por el Congreso Nacional.
Según Matamoros Batson, el CNE desempeña un papel crucial en las elecciones generales y primarias. En las generales, se cuenta con una estructura amplia que incluye consejos departamentales y municipales, mientras que, en las primarias, los partidos forman comisiones internas para gestionar el proceso.
Destacó que las elecciones requieren apoyo tanto del CNE como de los partidos políticos, quienes manejan aspectos logísticos y técnicos del proceso electoral. Sin embargo, los partidos pequeños están en desventaja.
“Los partidos pequeños no tienen financiamiento, no cuentan con representación en el Parlacen y, además, la ley ha establecido un control de los partidos en las acciones, ya que el Consejo Electoral depende de los mismos para designar a los custodios”, indicó.
Los consejeros son elegidos por los partidos políticos más grandes, lo que en teoría busca una representación equitativa de los intereses políticos del país, pero también ha generado dudas sobre la parcialidad del proceso a lo largo de la historia democrática del país.
El CNE ha pasado por varias reformas
Una de las reformas al CNE es la modernización de los procesos electorales, como la implementación de sistemas electrónicos para la transmisión de resultados y la promoción de la participación ciudadana.
Estos avances buscan no solo hacer más eficientes los procesos, sino también aumentar la confianza de los votantes en los resultados de las elecciones. Sin embargo, la confianza en la institución aún está lejos de ser total, especialmente si consideramos los desafíos históricos de fraude y manipulación electoral que han marcado varias elecciones en el país.
En cuanto a los avances tecnológicos, Matamoros destacó el uso de sistemas como el TREP (Transmisión de Resultados Electorales Preliminares) para la transmisión y contabilización de votos. Sin embargo, advirtió sobre la falta de mecanismos de verificación por parte del CNE, lo que podría poner en riesgo la transparencia del proceso.
"Es necesario un sistema de verificación que asegure que los datos sean correctos antes de publicarlos", afirmó el ex magistrado, quien además elogió la implementación de la biometría como una herramienta clave para garantizar que solo voten personas empadronadas, fortaleciendo la confianza en el sistema electoral.
La evolución de la transmisión de votos, desde el sistema de fax en 2001 a la transmisión de actas en línea en 2013, es un salto en la precisión y la confiabilidad de la elección. Esto ha contribuido a avanzar hacia la transparencia en los procesos.
Sin embargo, lo que ocurrió en el proceso electoral primario este 2025, donde se avanzó hacia un sistema de biometría, es una prueba clara de que el CNE debe tomar medidas decisivas para restablecer la confianza pública.
Desde la administración de las consultas hasta la divulgación de resultados claros y verificables, se requiere una transparencia total. Sin embargo, la carga de responsabilidad no descansa solo sobre la CNE. Los entes políticos junto con las organizaciones civiles y los medios de comunicación desempeñan roles fundamentales.
Es necesario demandar transparencia hasta que se desarrollen plataformas para la participación ciudadana, afirman analistas. Solamente así los hondureños serán capaces de ayudar a edificar un sistema electoral que represente auténticamente los deseos de la sociedad.
Redacción: Óscar Izaguirre, Lourdes Argueta, Cinthia Maradiaga, Sandy Vaca, Emily Moncada, Rixy Rosales, Valery Castillo, Génesis Fredricks y Marilyn Ruiz (Alumnos de Introducción al Periodismo, Ceutec)