Dengue segó la vida de 117 niños hondureños en los últimos 10 años

La enfermedad se ha concentrado por todo el país, pero la zona central, norte y sur reportan más decesos. Salud emitió una alerta epidemiológica por el incremento de enfermos y muertes

Desde 2010 hasta agosto de 2023, el país contabilizó 329 decesos por dengue grave (hemorrágico) y clásico los niños y jóvenes.

mar 5 de diciembre de 2023 a las 23:33

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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un niño de apenas un año murió el pasado 4 de octubre de 2023 en el Hospital Materno Infantil de la capital a causa del dengue.

En el mismo centro asistencial, pero 15 días después, otra niña de 10 años falleció por la misma infección vírica.

Más de un mes después, el 28 de noviembre, una joven de 17 años también murió por la enfermedad, pero en el Hospital Escuela. La adolescente había sido trasladada desde La Paz hasta la capital para ser tratada, sin embargo, no sobrevivió.

“Lamentamos mucho esto y solo pedimos dos cosas: limpie su casa y lleve inmediatamente a su niño o familiar al hospital”, pidió el doctor Franklin Gómez tras informar la lamentable noticia.

Estos casos ocurrieron uno tras otro. La enfermedad no dio tregua y dejó luto y dolor en tres familias en apenas dos meses. En Honduras hay un patrón histórico en cuanto a los decesos por dengue: los niños y adolescentes son las principales víctimas.

En los últimos 10 años (desde 2013 hasta agosto de 2023) se contabilizaron 329 decesos por la infección vírica. A través de la solicitud de información SOL-SDS-3818-2023 realizada a la Secretaría de Salud, la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus evidenció que por cada 10 decesos registrados en la última década a causa del dengue, entre tres y cuatro eran niños cuyas edades oscilaban entre 0 y 9 años.

Entre 2010 y agosto de 2023, el país contabilizó 117 muertes por dengue en niños de 0 a 9 años (12 niños murieron cada año), 71 en personas de 10 a 19 años y 38 que tenían entre 20 y 29 años.

Los datos analizados por este rotativo muestran que a mayor edad, menor número de decesos por dengue hubo, siendo los adultos mayores los que menos fallecieron por la enfermedad producida por la picadura de un mosquito Aedes Aegypti infectado .

De acuerdo con el epidemiólogo Manuel Sierra, esto se debe a que a mayor edad, la probabilidad de que las personas hayan tenido cualquiera de los cuatro serotipos del dengue aumenta y “para que usted sea completamente inmune al dengue, le tiene que haber dado dengue 1, dengue 2, dengue 3 y dengue 4”.

“En un país como Honduras, si a todos los adultos nos nacen anticuerpos por dengue, la gran mayoría de nosotros ya hemos tenido dengue varias veces y, sobre todo porque como un 50% del dengue es asintomático o muy leve, entonces, el dengue tiene que alimentarse de los brotes epidémicos en las personas susceptibles, o sea, las que nunca han tenido dengue o que no tienen anticuerpos para el serotipo que está circulando”, explicó.

Esto significa que los niños, quienes no han desarrollado inmunidad por la enfermedad, son los más afectados. Además, en muchos casos no son tratados a tiempo.

Impacto

En los últimos 10 años, el país ha tenido cinco picos de muertes por dengue: el primero ocurrió en 2010, el segundo en 2013, 2015, 2019 y el último en 2020.

Los reportes de Salud facilitados a través del Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP) dicen que en 2023, al menos hasta agosto, iban 6 decesos, pero en el boletín de la semana epidemiológica 39 (del 24 al 30 de agosto) -publicado en la página web- mencionan 11 fallecidos. A la fecha ya se habla de una veintena de decesos, lo que podría dejar otro pico de muertes por la enfermedad, especialmente porque se contabilizaban 18,532 casos de arbovirosis.

“Hasta la semana epidemiológica 35, la Región de Comayagua reporta un acumulado de 2,280 casos sospechosos (enero a septiembre) y para esa misma semana se reportaron 319 casos sospechosos de dengue. Se observa un incremento del 5% (14 casos más)”, detalla un documento publicado el 17 de septiembre de 2023, donde, además, se declara alerta epidemiológica por tres meses.

EL HERALDO Plus intentó dialogar con Lorenzo Pavón, jefe de la unidad de vigilancia de Salud, para conocer la cifra actualizada de muertes por la enfermedad, pero no contestó las llamadas ni mensajes.

Sierra, por su parte, afirmó que son varios los factores que influyen para que en algunos años se reporten más infectados y, por ende, muertes a causa del dengue.

Sobre los reportes de 2019, cuando hubo 139 decesos, mencionó que la situación política tras la reelección presidencial debilitó al sistema de salud, porque en las zonas donde históricamente contabilizan más casos de dengue no se realizaron campañas de prevención, por eso se contabilizaron 132,143 personas con la enfermedad.

“El dengue es una enfermedad social, porque donde más ocurre es en todos los cinturones de miseria, barrios marginados donde no hay sistemas de recolección de basura, no tienen sistema de agua permanente que les llegue y todas esas cosas. El dengue es un problema también climatológico, porque al mosquito no le gustan las temperaturas extremas, no le gusta ni el frío ni el calor”, explicó.

El epidemiólogo también categorizó al dengue como “un problema antropológico, porque a nosotros los hondureños nos gusta también vivir llenos de basura, no limpiamos nuestros patios, esperamos a que le llegue la Secretaría de Salud para que nos limpie las pilas. Es, además, un problema virológico por los cuatro serotipos y un problema entomológico por el Aedes”.

Para el epidemiólogo Fidel Barahona todos estos factores influyen para que año con año el dengue se convierta en una epidemia en Honduras, pero -en muchos casos- la atención tardía influye en el incremento de muertes, especialmente en niños.

El galeno recordó que la enfermedad inicia luego de la picadura de un mosquito infectado, luego la persona siente malestar general: poca energía, ganas de estar acostado, dolor en el cuerpo y fiebre.

En muchos casos, no se someten a tratamientos o se automedican, pero el problema es que algunos analgésicos están contraindicados para el dengue y, sumado a esto, no hay una hidratación apropiada, al punto de afectar órganos internos.

“Eso hace que la célula vaya perdiendo líquidos y provoca una inflamación generalizada; esa inflamación puede llegar a un momento en el que se produzcan sangrados internos, por eso es que cuando ya un paciente comienza a quejarse de que tiene dolor abdominal, a eso hay que ponerle mucho cuidado porque significa entonces que puede estar entrando en un dengue grave, necesita evaluación, necesitan exámenes de laboratorio. para ir viendo la evolución que va teniendo”, advirtió.

$!Salud realiza campañas de prevención contra el dengue.

Cinturón del dengue

En la solicitud de información SOL-SDS-3818-2023, Salud afirmó que hasta agosto de 2023 Comayagua era uno de los departamentos sin reportes de muertes por dengue.

No obstante, el boletín epidemiológico de alerta, publicado en la página web, menciona que hasta el 17 de septiembre contabilizaban 7 fallecidos relacionados con la enfermedad.

“Procedencia de fallecidos: Valle de Ángeles, Comayagua (Lirios de Vale, Sabana, Milagro de Dios, Barrio Lourdes, Barrio Abajo)”, señalaba el documento.

Otro departamento que, según los datos enviados por Salud a través del IAIP, no tenía registros de decesos por dengue era Gracias a Dios, contrario con lo que pasó en Francisco Morazán (reportó 101 muertes).

Los registros de la Secretaría de Salud indican que por cada 10 muertes por dengue, ya sea clásico o hemorrágico, tres fueron en Francisco Morazán, dos en Cortés y uno en Choluteca, dejando en evidencia que la región central, norte y sur fueron las más afectadas.

La investigación “Epidemiología del Dengue en la Región Metropolitana del Distrito Central, 2020-2022” menciona que “los datos georreferenciados de dengue ocurridos en 2020 y 2022 identifican claramente el ‘Cinturón del dengue’ de la Región Sanitaria Metropolitana, que coincide con la distribución de barrios que concentran la pobreza y la carencia de servicios básicos de forma regular (agua para consumo humanos y recolección de basuras)”.

Uno de ellos es el Distrito Central, donde la mayoría de decesos fueron a causa del dengue grave. En los últimos 10 años, según las cifras de Salud, el 78% de las muertes fueron por dengue grave y el resto por dengue clásico. Es decir, el dengue clásico, al no ser tratado, también puede matar.

El mismo documento señala que la tasa de mortalidad del dengue grave en muchos países es del 5%, pero este porcentaje puede reducirse a menos del 1% con el diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado.

La investigación coincide con la opinión de Barahona, quien afirmó que “el personal de salud está bastante bien entrenado en el manejo del problema del dengue. Entonces no se puede decir que es que haya negligencia en la atención de esta enfermedad, sino más bien es que llegan tarde” para ser atendidos.

La Secretaría de Salud en su página web advirtió sobre el peligro de la enfermedad, pues afecta “a personas de todas las edades” y, al no ser tratada, puede progresar a formas graves, caracterizada principalmente por choque, dificultad respiratoria y daño grave de órganos.

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