Alemania advirtió que el pacto fiscal sobre la disciplina presupuestaria en Europa es 'innegociable', respondiendo a las voces europeas que exhortan a impulsar el crecimiento y suavizar la austeridad, ante las señales de estancamiento en varios países y las alarmas en rojo en España.
El tratado de disciplina presupuestaria firmado por 25 de los 27 países de la Unión Europea 'no se puede volver a negociar', ha dicho la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, a las voces crecientes que insisten en que se dé prioridad al crecimiento.
En particular, la del candidato socialista a la presidencia francesa, François Hollande, quien si es elegido presidente en la segunda vuelta del 6 de mayo, quiere 'renegociar' el pacto fiscal para incluir un apartado sobre el crecimiento.
Hollande, favorito en las presidenciales francesas, reavivó esta semana el debate sobre las recetas de austeridad, impuestos por Alemania, primera economía y contribuyente europea, para salir de la crisis de la deuda que desde hace más de dos años se cierne sobre las economías de la zona euro.
Cada vez más se suman las voces que exhortan a reducir los ajustes y priorizar el crecimiento, ante los datos catástroficos de recesión y desempleo que se acumulan en los países de la zona euro, sobre todo en su cuarta economía: España.
En una vorágine de malas noticias, los datos se ensañan con España, que entró en recesión en el primer trimestre del año y el desempleo afectaba a más de 5.6 millones de personas (24.4% de la población activa) en los primeros tres meses de este año.
La agencia de calificación estadounidense Standard & Poor's rebajó en dos peldaños la nota de solvencia de la deuda soberana española en dos escalones el jueves por la noche.
En un contexto cada vez más sombrío, incluso Holanda, considerado hasta ahora como modelo de la ortodoxia fiscal, logró a duras penas un acuerdo sobre un plan de ajuste para 2013 reclamado por la Comisión Europea.
El propio presidente del Banco Central Europeo, el italiano Mario Draghi, ha pedido esta semana un 'un pacto de crecimiento' que complemente al fiscal.
El asunto es cómo.
De un lado, Hollande, favorito para las elecciones francesas, reclama bonos europeos, la imposición de una tasa financiera que apoye proyectos que impulsen el empleo, un papel más signitificativo del Banco de Inversiones Europeo y la utilización de fondos estructurales europeos no desembolsados.
Pero Alemania, campeón de la austeridad, se mantiene firme en que la única vía para superar la crisis que aqueja a la zona euro es reducir el déficit para lo que son necesarias reformas estructurales.
'La reactivación del crecimiento debe venir por la vía de la mejora de la productividad y no a través de incrementar los niveles de deuda', señalaron en un comunicado conjunto, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y el primer ministro italiano, Mario Monti.
'La austeridad es el pilar sobre el que debemos desarrollar una estrategia en favor del crecimiento', opinó el presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy.
Para resolver este viejo dilema, Van Rompuy anunció que planea convocar una reunión de mandatarios europeos antes de la cumbre programada para fines de junio.