La circulación de las más de 900 unidades del transporte público desaparecerá del casco histórico de la capital de Honduras.
Al menos así lo anunció el titular de la Dirección General de Transporte (DNT), Blas Ramos, quien informó que está trabajando en un reordenamiento de las rutas.
El área más afectada por el desorden es el ala sur del centro histórico, justo a inmediaciones del Banco Central de Honduras (BCH) donde más de 100 unidades han montado una terminal clandestina.
Frente a la Catedral Metropolitana San Miguel Arcángel se ha instalado un punto de abordaje de pasajeros que ocasiona un tremendo caos vial.
Asimismo, a un costado de la Galería Nacional de Arte las filas de buses y rapiditos son interminables.
Para acabar con el desorden se está realizando un estudio en conjunto con la Agencia de Cooperación del Japón (JICA), con el objetivo de distribuir las rutas de acuerdo a la necesidad de la población.
La iniciativa entraría en vigor a partir de noviembre y con ella se pretende reducir al mínimo las unidades en cada ruta, con el fin de evitar la saturación en las principales arterias de la ciudad.
Ramos informó que para poner en práctica esta medida se requiere la participación de todos los sectores, entre ellos la Dirección Nacional de Tránsito (DNT), Alcaldía Municipal y los dirigentes del transporte.
Lo que se busca obtener con esta participación es el consenso de todas las partes para evitar al máximo posibles confrontaciones con la población y con los operadores de las unidades.
“Estamos haciendo un estudio técnico y científico con el fin de poner orden, los cambios muchas veces generan fricción y malestar en ciertos sectores y es lo que se quiere evitar”, consideró.
Como alternativa se busca construir una terminal a inmediaciones del centro para evitar que las unidades ingresen a la zona.
Otro conflicto lo generan los 66 puntos de taxis colectivos que tienen sus puntos en los alrededores.
Por lo que urge un plan de ordenamiento de todo el sistema de transporte público que allí opera.