Con el pasar del tiempo, la vieja rotonda donde se disfrutaba de un agradable atardecer bajo la sombra de un viejo árbol de guanacaste se ha renovado en su totalidad.
El famoso redondel de Los Artesanos, ubicado en la tercera calle, avenida La Paz de la colonia Palmira, ha recobrado vida.
Su historia se escribe desde 1973, cuando las autoridades del Instituto Hondureño de Turismo tuvieron la idea de crear un sitio de reunión de personas y la venta de artesanías catrachas los fines de semana, orgullosa actividad que terminó dándole su nombre.
Este rincón, referente de la historia de la ciudad, también fue utilizado por mucho tiempo como el punto de reunión de los jóvenes voluntarios de la Asociación Scouts de Honduras.
'Era fila de gente artesana que se venía a este sector a vender jarrones, alcancillas, adornos y todo producto dereviado del barro y que hacían con sus propias manos en sus lugares de origen', recordó Felipe Gúzman, un vecino que ha vivido en Palmira los últimas tres décadas.
Sin embargo, la falta de mantenimiento del emblemático lugar por parte de las autoridades locales de turno había sepultado su encanto.
Alberto Núñez, otro vecino, vio con tristeza cómo el predio del redondel fue siendo ocupado por vagos, alcohólicos e inadaptados sociales y sumido en el completo abandono.
“Era lamentable ver cómo el famoso Redondel de los Artesanos dejó de ser un lugar de interés, de encuentro, para caer en un abandono total, que daba lástima”, apuntó el capitalino.
Categoría de parque
Con el apoyo económico de la Agencia de Cooperación Española, la Alcaldía Municipal atendió el clamor de la población de no dejar morir este legendario espacio. Sus 5,000 metros cuadrados han pasado por un proceso de remodelación que invita a los habitantes de la zona a revivir aquellas tardes de tertulias familiares que se hacían interminables y entretenidas.
Los trabajos que desde hace un mes y medio se ejecutaron en el viejo redondel le han dado la categoría de parque.
Arturo Suárez, gerente del Centro Histórico, recordó que la degradación del lugar lo había convertido en un círculo de tierra, sin ningún tipo de beneficio.
La remodelación incluyó la unificación de la calle principal con las dos vías alternas, la edificación de un anfiteatro para realizar peñas artísticas, demostración de galerías fotográficas, áreas recreativas y una zona de comidas.
En las áreas verdes se logró un constraste entre los adoquines de colores, la grama y ladrillo molido que le da un estilo colonial auténtico.
El sitio tiene una placa con información propia de la zona a fin de develar su historia a propios y visitantes.
