Sucesos

Tres meses después, Policía recupera 12 casas usurpadas por mareros en Comayagüela

Algunos residentes fueron asesinados, otros amenazados y obligados a huir sin poder sacar sus pertenencias. La Policía nunca actuó para proteger a la ciudadanía, salvar sus vidas y sus bienes

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25.04.2012

Bajo vigilancia policial permanecerán doce casas de las que mareros se adueñaron en la colonia 14 de Marzo y en otros sectores del sur de Comayagüela, después que obligaron a sus propietarios a dejarlas abandonadas bajo amenazas de muerte.

Equipos de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), del Comando de Operaciones Especiales (Cobra) y unidades antiextorsión de la Policía de Fronteras, entre otras, realizaron ayer una fuerte operación que terminó con la captura de 12 personas.

Entre los detenidos hay tres menores de edad, incluida una del sexo femenino, que había sido detenida hace pocos días por el delito de extorsión, según confirmó la Policía.

La Policía no explicó por qué permitió que los mareros despojaran de sus bienes a los residentes y por qué la operación se montó meses después del ilícito.

Las acciones se extendieron a las colonias Los Alpes y San Isidro, donde grupos de inadaptados sociales tienen manos arriba a los moradores.

Además de las capturas, la Policía decomisó durante los allanamientos, una camioneta marca Ford Explorer, color verde, con matrícula PCD-3400 que estaba en el garaje de una vivienda de dos plantas ubicada en el sector de El Hoyo de la colonia 14 de Marzo.

Los inmuebles quedaron abandonados a finales de diciembre del año pasado, con casi todo lo que había en su interior.

Un oficial de la unidad antimaras de la DNIC reveló que “los habitantes tuvieron que huir por miedo a las maras” sin tener tiempo de sacar sus pertenencias, porque sus vidas corrían peligro.

La Policía fue incapaz de brindarle seguridad a los afectados.

Miembros de algunas familias no tuvieron la suerte de salir con vida, porque fueron víctimas de los malhechores por resistirse a dejar el patrimonio que levantaron con esfuerzos.

Los mareros se adueñaron de las residencias y las convirtieron en centros de operaciones delictivas, donde han planificado extorsiones, secuestros, robos de vehículos, asaltos y crímenes, entre otros, según la información que manejan los cuerpos de investigación.

En las habitaciones de las casas aún se encuentran prendas de vestir, fotos familiares, documentos y otras pertenencias de los afectados.

Mientras tanto, los aparatos electrónicos, electrodomésticos y muebles, fueron sacados por los facinerosos.

El subcomisionado Rafael Antonio Escobar, de la Dirección Nacional de Servicios Especiales de Investigación (DNSEI), dijo que el objetivo del operativo era recuperar esos bienes y capturar a los que se habían apoderado de ellos.

Dolorosos antecedentes

Esas viviendas fueron desalojadas a partir del 19 de diciembre del año pasado, cuando un grupo de mareros ingresó a una de ellas, donde mataron a la señora Nelly Perdomo, de 51 años, junto a su hijo, de 26.

A este doble crimen le prosiguieron muchos más, incluido el de una mujer que fue raptada en el sector y apareció ejecutada en otro punto de la ciudad.

La Policía considera a los mareros responsables de los crímenes de muchos jóvenes cuyos cadáveres aparecieron en matorrales aledaños a la colonia, sin embargo, no se ha actuado en forma contundente.

En situación similar se encuentran muchos barrios y colonias situadas en los cuatro puntos cardinales de la capital, donde los mareros realizan patrullajes y transitan por las calles armados con fusiles y pistolas, ante la mirada impotente de los moradores.

Para el caso, en las colonias La Laguna, Las Pavas, Alemania, Villa Cristina, San Juan, Villafranca, Villa Unión, Campo Cielo, Brisas de Olancho, entre otras, los vecinos viven a su suerte.

Moradores de las zonas aseguran que los mareros llegan a la osadía de llegar a los centros de salud cada vez que se les antoja y bajo amenazas de muerte obligan al personal a que dejen de atender a los pacientes y se retiren de sus actividades.