Nacieron con tres años de diferencia, del mismo vientre, pero murieron en el mismo instante.
Ambos compartieron sus últimos momentos de vida en una fiesta de la comunidad Los Terrones, El Paraíso, sin imaginar que al momento en que decidieran retornar a casa les encontraría la muerte.
Con un alto grado de alcohol en sus venas los hermanos Santos de Jesús Sevilla Sandoval, de 27 años, y Santos Isidro Sevilla Sandoval, de 24 años, se despidieron de sus amigos para encaminarse al hogar, sitio que les esperaba al otro lado de la quebrada La Oscura.
Al llegar a la zona por donde circula el afluente Santos de Jesús se lanzó a las aguas sin medir las consecuencias, debido a que las corrientes del río se habían nutrido con las aguas de una potente tormenta que duró dos horas sobre la comunidad.
Luego que se lanzara Santos de Jesús y al observar que era arrastrado por el caudal su compañero de salida de esa noche, su propio hermano, decidió también lanzarse al río para rescatarlo.
Al final ambos perecieron atrapados entre las aguas del río que conocieron desde que estaban niños, pero que se encargó de llevarlos a la tumba.
La búsqueda de los hermanos Sevilla Sandoval se extendió hasta la mañana de ayer por parte de parientes y vecinos, quienes en plena madrugada encontraron el cadáver de Santos Isidro, varios kilómetros hacia abajo del lugar donde sucedió la tragedia. La búsqueda del otro cuerpo sin vida continuó hasta la tarde-noche pero sin resultados.
El mayor de los hermanos fallecidos deja un hijo de ocho meses y residía en la colonia San Juan de la ciudad de El Paraíso, mientras que el menor vivía en Los Terrones.
De acuerdo con una de las hermanas de ambos, Irma Sevilla Sandoval, le fue informada la muerte de sus dos seres queridos hasta que se encontró el cuerpo inerte de uno de ellos.
Otros daños
Las lluvias también provocaron pérdidas en la infraestructura de la zona oriental, luego que generaran la caída del puente Nahuare, a la altura del kilómetro 103 de la carretera que de Danlí conduce hacia El Paraíso.
El acceso vehicular se encontraba sobre la carretera panamericana, situación por la cual durante unas horas quedó interrumpido el paso de los vehículos que viajan desde la frontera Las Manos hacia Tegucigalpa.
Luego de la caída de la estructura de cemento las autoridades de la Corporación Municipal decidieron habilitar una carretera terciaria por donde se desvió a los conductores para evitar pérdidas mayores.
Sin embargo, por la falta de condiciones de la vía de comunicación habilitada, sumado a la humedad de las lluvias, en unas horas se formó un atolladero que imposibilita la libre circulación vehicular.
Según las autoridades municipales a inicios de 2011 las aguas de la quebrada La Oscura generó el deslave de las bases, pero aunque fue reportado a las autoridades de Soptravi nunca se reparó.
Se estima que por la zona circulan unos 3,000 vehículos diarios, en su mayoría pesados.
De acuerdo con el subcomisionado de la Copeco, Roger Torres, de inmediato se comenzaron las gestiones para lograr que se desplace hacia la zona un puente bailey.
También solicitó a los transeúntes evitar cruzar de un extremo a otro de la quebrada al usar los restos del puente que quedaron en el sector, debido a que representa un mayor riesgo. “Lo más indicado es que utilicen la vía alterna, para la seguridad de sus propias vidas”.
Viviendas afectadas
La casa donde reside Jazmín Vásquez, de 34 años, junto a su esposo y cuatro hijos, soportó cuatro inundaciones en siete años hasta que en las últimas sucumbiera por una fuerte lluvia que azotó la aldea Cuyalí.
En total fueron siete casas inundadas por la quebrada La Oscura en la zona donde reside Vásquez. El agua llegó a la altura de un metro y medio de las viviendas.
