El Festival Internacional del Maíz (Festima) llegó por accidente a la ciudad de Danlí en 1977, cuando don Rodolfo Zelaya recorría la zona oriental del país en busca de crear un festival en honor al grano.
Después que su iniciativa fuera rechazada en Juticalpa, Olancho, el visionario ciudadano se abocó al alcalde Danlí de ese entonces, don Gonzalo Lobo, quien sin dudarlo acogió el festival, que se ha convertido en una marca registrada en la ciudad de las colinas.
El historiador Carlos Molina recordó que en ese primer evento, el presupuesto fue de 22 mil lempiras y aunque no hubo ganancias económicas, el pueblo danlidense heredó una celebración que a la fecha genera identidad y orgullo.
Este año se festeja la 40 edición del Festima, que además de ser un referente de la ciudad es un generador de desarrollo para las comunidades humildes del poblado.
Enrique Elvir, expresidente del comité del festival, recordó que antes se percibían ganancias de 200 mil lempiras que eran destinadas a la entrega de bonos sociales y pequeñas obras.
Pero, hoy en día los ingresos se han incrementado, así como las obras de desarrollo en el poblado.
Rolando García, presidente del comité actual, informó que el año pasado se recaudaron un millón de lempiras, de los cuales 750 mil fueron destinados a la restauración del parque del Monumento a la Madre, 150 mil para financiar obras del club Rotaract y apoyo a obras sociales de las iglesias.
Proyección
La mayor inversión de las ganancias del Festima se visualiza en la recuperación de espacios públicos como plazas y parques del centro de la ciudad.
Pero este año, el objetivo de los organizadores es construir una sala para enfermos renales en el Hospital Regional Gabriela Alvarado.
Gonzalo Maradiaga, director del centro hospitalario, afirmó que a la fecha, todos los enfermos renales se trasladan hasta la capital para recibir su tratamiento.
“Hasta ahora en el hospital nos hemos limitado a diagnosticar los casos y enviar a los pacientes a recibir el tratamiento en Hospital Escuela Universitario, porque no disponemos de una sala para la atención de estos enfermos”. lamentó.
Según las estimaciones de las autoridades del hospital, ese trayecto de casi dos horas hacia la capital no abona en nada al proceso de recuperación de los enfermos que viajan a recibir su diálisis.
Es por ello que los organizadores del evento esperan poder duplicar las ganancias, para que a finales de año ya esté construida la sala de atención al enfermo renal.
Regulación
La transparencia es uno de los motores de la festividad, es por ello que las autoridades municipales han destinado un equipo para auditar el manejo de los recursos.
David Amador, vicealcalde local, manifestó que a través del auditor municipal se realizan los arqueos de caja del Festima, ya que por ley se tienen que rendir cuentas de los fondos recaudados.
“Se revisa la documentación, si hay que hacer una enmienda la misma se solicita por escrito y luego se verifica que el comité organizador cumpla con las mismas”, afirmó el funcionario
