Editorial

¡Salvemos la vida!

Honduras vive actualmente uno de los momentos más críticos de la historia. En medio de la pandemia del covid-19, que no frena, dos huracanes han golpeado el territorio nacional en menos de 15 días.

Eta mató a más de 60 hondureños y son muchos los desaparecidos; causó estragos a la agricultura, la ganadería, el café, la infraestrutura vial, la vivienda; una semana después todavía hay colonias completas bajo el agua en los sectores de La Lima y Choloma en el departamento de Cortés.

Y ahora nos llega Iota, uno de los huracanes más potentes de la temporada, que ha alcanzado la categoría cinco antes de tocar tierra en las costas de Nicaragua y Honduras.

Iota ingresará al país la noche de este martes por el sur del departamento de Olancho y El Paraíso, cruzando Francisco Morazán, hasta salir por los departamentos de La Paz o Intibucá.

Los llamados de los cuerpos de socorro a evacuar las zonas de riesgo no se han hecho esperar y si bien son ya miles de personas las que han salido de sus casas para buscar refugio en zonas más seguras, muchos se resisten a hacerlo, aduciendo que deben quedarse a cuidar las pocas pertenencias personales que han logrado rescatar.

Pero estos son momentos difíciles en los que todos debemos atender las recomendaciones de las autoridades y cuerpos de socorro.

Las cantidades de agua que se prevé caerán en estas horas son en mucho superiores a la que dejó Eta, e incluso hay profesionales que creen que serán superiores a las que descargó el huracán Mitch en 1998. La situación que se avecina es difícil. “Catastrófica”, vaticinan.

Lo primordial entonces en estos momentos de angustia es atender los llamados de los cuerpos de socorro y ponerse a salvo, las autoridades, por su parte, deben actuar con firmeza con quienes se niegan a atender las recomendaciones emanadas. La vida es primero