Bajo este lema, la Secretaría de las Culturas, las Artes y los Patrimonios de los Pueblos de Honduras organizó la II Feria Internacional del Libro, del 24 al 27 de agosto, con participación tanto de editoriales estatales y privadas, nacionales y extranjeras, como de autores individuales, que ofrecen sus publicaciones al público, con ofertas variadas: literatura infantil, ciencias sociales, literatura, textos escolares. Los conversatorios y conferencias estuvieron a cargo de intelectuales hondureños y procedentes de otras naciones, que pudieron interactuar al compartir sus respectivas creaciones y experiencias, con recíproco ambiente crítico-constructivo. Además, artesanos emprendedores ofrecieron muestras de sus habilidades manuales.
Fue grato el poder comprobar la creciente industria editorial de San Pedro Sula, en donde en los últimos años han surgido empresas editoras que ofrecen libros de autores costeños de excelente calidad tanto en sus contenidos como formatos. Este esfuerzo de promoción y difusión de la palabra escrita debe ser de carácter permanente, con exhibiciones itinerantes que incluyan otras ciudades del país, con lo cual se posibilitará que en la Honduras profunda también sean conocidas y leídas las producciones de nuestros hombres y mujeres que invierten tiempo y dinero en dejar plasmadas en el papel sus cosmovisiones del mundo y de la vida.
Estimular el hábito de la lectura, poco arraigado en nuestro medio, resulta una actividad necesaria que permite ampliar conocimientos y horizontes intelectuales, estéticos, humanistas -a la población- a la par que logra consolidar nuestro endeble sentido de identidad y pertenencia nacional, al poder valorar las manifestaciones creativas hondureñas y mundiales con visión local y globalizante. La cultura y sus múltiples manifestaciones no deben ser vistas como un desembolso oneroso, ni por el sector estatal ni por el privado, todo lo contrario, como una inversión rentable que reditúa los montos invertidos en ellas, en el mediano y largo plazo.
