Editorial

Lluvias vuelven a destapar vulnerabilidad

Hoy en día ya a nadie sorprende escuchar que Honduras es de los países más vulnerables del mundo. Las investigaciones de las casas de estudio y de los organismos internacionales así lo establecen. El Índice de Riesgo Climático Global 2018 nos ubica a la cabeza de una lista de los países más vulnerables a fenómenos naturales.

Investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) también advierten que la ubicación geográfica, el uso inadecuado de los recursos naturales y la falta de educación ante estos fenómenos incrementan los grados de vulnerabilidad, principalmente de los ciudadanos más pobres que habitan en zonas rurales.

Este año, el inicio de la temporada lluviosa ha comenzado una vez más a destapar esta realidad, que afecta a miles de personas en el territorio nacional y causa millonarias pérdidas económicas en infraestructura vial, viviendas y la agricultura, entre otros.

El fin de semana se reportaron daños en los departamentos de Olancho y El Paraíso por el derrumbe de cerros sobre vías públicas, que obstaculizaron el libre tránsito. En Choluteca y Valle algunos ríos se desbordaron causando daños en viviendas y en cultivos agrícolas.

La Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) ha advertido que la temporada de lluvias será intensa y que el país sigue estando en la ruta de los huracanes que amenazan formarse tanto en los océanos Atlántico y Pacífico.

Desde la academia se plantea la necesidad de que Honduras estructure un plan nacional de adaptación de la infraestructura productiva y de servicios para poder luchar contra los efectos del cambio climático.

Los responsables de hacerlo dicen que trabajan en ello, pero mientras esos documentos se concluyen y las políticas de prevención se ponen en marcha, es urgente que pobladores y autoridades trabajen de la mano es un plan mínimo de acción para minimizar el impacto de los eventos naturales que puedan afectar al país este año y evitar la pérdida de vidas humanas. Eso es lo prioritario. Lo material se recupera.