Editorial

La UNAH urge del diálogo

Los estudiantes universitarios están enviando un mensaje claro a las autoridades de la UNAH que no debe pasar desapercibido: no quieren la reelección del rector (interino desde hace cinco años) Francisco Herrera ni de ninguno de los miembros de la Junta de Dirección Universitaria (JDU) y de otros altos cargos de la institución educativa.

Así lo han expresado desde el momento en el que se anunció el proceso para la selección de los nuevos miembros de la JDU, a la que se postulan por lo menos seis de sus actuales miembros (interinos) y quienes, una vez electos, tendrían entre una de sus responsabilidades la elección del nuevo rector.

Nadie desconoce que por años la UNAH ha sido escenario de diversos conflictos en los que han sido actores no solo miembros de la comunidad universitaria, sino también otros grupos extrauniversitarios interesados en mantener sus cuotas de poder en una institución que, lo acepten o no, les representa una importante puerta para la consecución de sus aspiraciones meramente políticas y personales, sin importar el daño que causen a la academia, aunque también es justo reconocer que en medio de la conflictividad se han registrado importantes avances que han llevado a colocar su nombre en importantes rankings regionales e internacionales.

Pero para seguir avanzando es necesario que quienes hoy están al frente de la misma, sus docentes, estudiantes, y por igual, quienes aspiran a dirigirla, los políticos, le apuesten a la transparencia en el proceso de selección de las nuevas autoridades, y que más allá de sus intereses y ambiciones personales, pongan sobre la mesa las aspiraciones de la sociedad que reclama el cumplimiento de la deuda eterna del Estado de brindar a sus hijos e hijas acceso a una educación superior de calidad. Que la intolerancia de las partes en conflicto no altere estos objetivos: el diálogo debería prevalecer en todo momento.