Editorial

Frenar ya las tragedias viales

Las tragedias en las carreteras suman y siguen este fin de año en Honduras, enlutando a centenares de familias y ocasionando graves daños a la salud de los que logran sobrevivir a estos eventos y un fuerte impacto en el sistema sanitario, que se está viendo sobresaturado por las atenciones.

Hace unas pocas semanas nos referíamos en este espacio a este mismo tema diciendo que los accidentes en las carreteras del país se han convertido en una verdadera pandemia ante la cual prevalece la indiferencia de las mismas autoridades y de la sociedad, pero principalmente de los conductores de todo tipo de automotores que incumplen las leyes y normativas de tránsito.

Se nos olvida que estos eventos, además de las víctimas mortales que ocurren al momento del percance, dejan otras consecuencias como lesiones graves, discapacidades temporales o permanentes a los sobrevivientes, traumas emocionales y psicológicos, los gastos médicos y los gastos legales que muchas de estas situaciones implican.

Es crucial, entonces, promover la seguridad vial y medidas preventivas para reducir la incidencia de estos accidentes.

Las autoridades tienen que actuar diligentemente y los motoristas también.

En nuestras páginas de opinión han sido reiterados los llamados que nuestros columnistas vienen haciendo para que alguien asuma el liderazgo y ayude a levantar una campaña vial que tenga como eje principal la educación por la vida, para cambiar la conducta en las azarosas calles y que cada viaje no sea el último.

Es una acción que debe surgir desde la administración central del Estado, con el apoyo de todos los sectores sociales.

No se puede ni se debe seguir siendo espectadores pasivos de una realidad que golpea fuerte a miles de familias.