Diversos sectores que con sus votos contribuyeron al triunfo electoral de Libre y su candidata a la presidencia, hoy experimentan sentimientos de decepción, incluso, de rechazo, ante el rumbo de la actual administración, que no está receptiva a sus anhelos y expectativas.
Los ambientalistas rechazan la construcción de un presidio en las Islas del Cisne, avizorando que significará un desastre ecológico para la flora, fauna y arrecifes coralinos, contaminando las aguas circundantes. El Colegio de Biólogos ha manifestado que en la zona se ubican ecosistemas marino-costeros con características biológicas y ecológicas especiales. “No existe manera en que un centro penal sea compatible con los ecosistemas, especies, belleza escénica y condiciones climáticas del archipiélago”.
El otorgamiento de concesiones mineras merece el rechazo de las comunidades vecinas; la Confederación Nacional de Federaciones y Patronatos (Conafeph) denuncia el asesinato de “más de 86 víctimas” de dirigentes y pobladores afiliados.
Promesas incumplidas: eliminación de peajes, de las ZEDE, la CICIH no llega para combatir la creciente corrupción que posiciona a Honduras entre las cuatro naciones con índices más elevados, no son olvidadas por la memoria colectiva. Los importadores reclaman el acceso a dólares para poder continuar trabajando; varias medianas empresas han suspendido operaciones y recortado personal. Continúa el asesinato de mujeres, que protestan, portando pancartas: “No queremos flores, queremos justicia”. La ausencia de medidas preventivas ante la epidemia de dengue en San Pedro Sula ha provocado víctimas mortales. Escuelas públicas sin maestros y deterioradas.
Aún tiene tiempo esta administración para rectificar y recuperar imagen y prestigio ante las expectativas ciudadanas.
