Editorial

Amenazas sanitarias

Los males de salud siguen acechando a la población. Los virus causantes del covid-19 y el dengue, en el caso de Honduras, siguen circulando e infectando a un sinnúmero de personas a nivel nacional y, en casos graves, arrebatándoles la vida, a pesar de ser males altamente prevenibles.

Las autoridades sanitarias han informado también que las atenciones de enfermedades respiratorias se han incrementado en un 20% en el Hospital Escuela Universitario, porcentaje que, sin duda, es similar en los centros asistenciales en otros centros de asistencia en el territorio nacional.

Las consecuencias son graves en todos los casos, uno porque inhabilita a la persona que padece tales males, y, además, por el impacto económico al que se enfrentan los empleadores por la baja de sus trabajadores y las administraciones de los centros de asistencia pública, en todos sus niveles, que son generalmente los puntos de referencia para la atención médica inmediata.

Pero como si lo anterior fuera poco, las señaladas no son las únicas que agobian a la población. Esta semana ha iniciado con el anuncio de que Guatemala emitió una alerta sanitaria por el registro, en un mes, de 72 contagios y cinco muertes por el síndrome de Guillain-Barré, un trastorno de salud poco frecuente que afecta los nervios que controlan el movimiento de brazos y piernas de las personas afectadas.

Aunque han dejado claro que la enfermedad no se contagia entre personas, especialistas en epidemiología recomiendan a las autoridades sanitarias hondureñas a mantenerse alerta, levantar los respectivos cercos epidemiológicos de observación en las zonas fronterizas e impulsar campañas educativas para el lavado frecuente de manos que evita adquirir bacterias por falta de higiene.

No se pueden quedar de brazos cruzados. La prevención es vital cuando se dan estas alertas sanitarias.