Editorial

Financiamiento para vivienda

Tener una vivienda propia en Honduras casi es una utopía, es un privilegio de pocos. Los altos precios y el bajo poder adquisitivo familiar son algunos de los obstáculos que enfrentan las familias, principalmente las parejas jóvenes, que sueñan con conformar un hogar en una casa propia. El acceso a una vivienda digna se ha convertido en un calvario que los orilla -además- a vivir alquilando y en condiciones precarias.

Los políticos siempre incluyen el tema de la vivienda en sus propuestas electorales, pero cuando son gobierno se olvidan de sus promesas y así el déficit habitacional se incrementa año con año en por lo menos 47,000 viviendas.

Un pequeño paso se ha dado en la actual administración que ha impulsado un modelo financiero que facilita el financiamiento para viviendas a ciudadanos de clase media, “El sueño de ser dueño”, a través del cual muchas familias han podido concretar precisamente ese sueño de tener su vivienda propia. Los fondos disponibles son prestados a una tasa preferencial de 8.7% gracias a un aporte del gobierno de 3.3% durante siete años.

Esta semana, el Presidente del país relanzó el programa y dijo que estaban a disposición de la ciudadanía 1,200 millones de lempiras para seguir impulsando la construcción de viviendas. Es un fideicomiso de 1,200 millones de lempiras del Banco Central de Honduras (BCH) que será administrado por el Banco para la Producción y la Vivienda (Banprovih).

Buenas noticias en medio de la conflictividad política y social que se vive en el país, porque es una inyección financiera que, además de coadyuvar a resolver uno de los problemas históricos de la sociedad, generará empleo y ayudará a dinamizar la economía, que para este año proyecta un crecimiento de 3.2%. Pero es necesario que se sigan impulsando este tipo de estímulos para ir cubriendo esas necesidades básicas de miles de hondureños y hondureñas trabajadores que sueñan con mejorar sus condiciones de vida y la de sus familias.