Columnistas

Mejorar la balanza cambiaria de Honduras

esde el Poder frecuentemente se pretende descalificar a los que ejercen el pensamiento crítico encajonándolos en la afirmación de “ese, solo sabe criticar pero nunca propone soluciones”. Superando esa digresión y respondiendo a una agresión como esa, me animo a proponer algunas posibles soluciones al problema que actualmente enfrentamos de relativa escasez de divisas:

1. Los ingresos y egresos de divisas prácticamente son la principal base para evaluar la oferta y demanda en el mercado cambiario. Un equilibrio o, una cifra muy similar entre demanda y oferta de las divisas, definitivamente es la base de una estabilidad en el tipo de cambio si nos atenemos a leyes del mercado. Conociendo bien y habiendo sistematizado los antecedentes históricos del país, se debe contar con un “presupuesto de divisas”.

2. Cada país, y en el caso de Honduras, debe tener bien claro cuáles son sus fuentes de generación de divisas y, como contraparte, cuáles son los destinos que los agentes económicos (empresas, personas y el propio sector gubernamental) hacen de las divisas, por ejemplo, para compra de bienes o servicios importados.

En nuestro país, más de la mitad del ingreso de divisas proviene de las remesas familiares. La actividad de la maquila genera entre 1,500 y US$2,000 millones anuales. La exportación de bienes (café, banano, palma africana, minerales, camarones, y otros) genera unos US$4,000 millones por año.

Por el lado de las importaciones, el principal rubro de gasto de divisas son los derivados del petróleo que implican un egreso de aproximadamente entre 2,000 a US$3,000 millones anuales. En este punto, es necesario tomar en cuenta que históricamente seguimos teniendo un escandaloso déficit en la balanza comercial.

A pesar del enorme esfuerzo en incrementar y diversificar las exportaciones de bienes, resulta que las importaciones siguen incrementando a una mayor velocidad. En el corto plazo, poco puede hacerse al respecto, excepto orientar la producción nacional para disminuir las importaciones de aquellos bienes que se pueden producir internamente. No es imposible.

3. Una recomendación concreta es disminuir el uso de divisas para la compra de derivados del petróleo acelerando la matriz energética con fuentes renovables. Dependiendo de los precios internacionales, Honduras podría disminuir la salida de divisas entre 500 a US$1,000 en un periodo no tan largo.

La meta estratégica a mediano plazo debe ser que la generación eléctrica sea mayoritaria o totalmente renovable por razones de divisas, y también, ambientales y de eficiencia, incluso para la creación masiva de empleos.

4. Otra área a intervenirse es en la balanza de servicios, particularmente en los ingresos y egresos de divisas por la actividad de viajes o turismo. Ya es tiempo de impulsar verdaderamente los negocios turísticos, Honduras no puede seguir desperdiciando su potencial de atractivos y conformarse con US$500 o US$600 millones anuales. Debemos alcanzar a Guatemala y Costa Rica.

En el momento actual, tenemos que contrarrestar la enorme cantidad de divisas de hondureños gastadas en turismo de hondureños en el extranjero. 5. Finalmente, no debemos olvidar dos aspectos cruciales: los movimientos de capital extranjero tanto por concepto de inversiones como por préstamos al sector público y al privado. Más endeudamiento, solo para aumentar producción.

Definitivamente, estamos con insuficiencia en la oferta frente a la demanda de divisas. En 2021 y 2022 estuvimos balanceados, logramos ingresos entre 16,500 a US$ 19,400 millones y superamos los egresos. Urgen políticas públicas proactivas, concertadas y estratégicas que eviten el desequilibrio, priorizar.