Columnistas

Las camisas del 'Che” Guevara

Yo no sé si un día triunfarán las ideas y los ideales por los que vivió y murió Ernesto “Che” Guevara, creo que no, pero no hay manera de saberlo, sin embargo, si como de una novela del Romanticismo se tratara la idea nunca se concluyera, sí que ha triunfado como producto de mercadeo.

Es muy difícil imaginar una marcha en la que no haya una camisa, una bandera, una mochila o un pañuelo de su ya icónico rostro. Incluso es una figura utilizada en el fútbol, supongo que como imagen de resistencia, sinónimo de revolución o por su conocido amor al club Rosario Central de su natal Argentina.

Es curioso y hasta irónico que una figura del comunismo y en general de las ideas de izquierda en el mundo, tenga tanto potencial como producto de mercado. No se trata, por supuesto, de una casualidad ni mucho menos. Aquellos que se atreven a creer en un sistema de ideas de izquierda lo hacen desde una trinchera de derecha, es decir, desde un sistema capitalista, pero no es que ellos lo prefieran así, sino que no es posible hacerlo de otra manera. Unos se dan cuenta de ello y les disgusta (entendible), hay otros que simplemente no se enteran. La pregunta es si la figura del revolucionario se podría extrapolar como una simple figura de revolución y no necesariamente como una figura de la izquierda.

Me surgió la pregunta después de darme cuenta de lo potente de su figura, no a través de una camisa o una gorra con su rostro, sino cuando me sorprendí cantando la reconocida canción de 1965 de Carlos Puebla “Hasta
siempre, comandante”.

Después la escuché varias veces, analicé lo que a su memoria se dice y me di cuenta de que se enaltecen sus valores de una manera más dulce que en las camisas. Y más allá de la discusión de lo justa o injusta que sea la adjudicación de tales valores (ese tema quedará para otro momento porque requiere de una larga discusión) es impresionante como su simple figura, ha arrastrado seguro cientos de miles de seguidores. ¿Qué lo siguen y lo veneran sin cuestionarse demasiado y además escuchando nada más una parte de la historia? Pues posiblemente, pero aquí el tema no es lo evidente, sino lo que se puede provocar con la imagen
de un héroe.

Puede ser un arma beneficiosa o de verdad; hecho peligroso. En algunos países, por ejemplo, el término “progre” se ha utilizado para denominar, a veces de manera despectiva, a los jóvenes que siguen y son parte de las luchas sociales. Se los ha relacionado lógicamente con los movimientos de izquierda y en tono de burla cuestionan sus camisas del “Che” Guevara y otras prendas que según los críticos alimenta a una especie de microsistema capitalista. Es lógico que tanto del uno como del otro lado las acciones y las palabras tengan fisuras, pero no deja de ser cierto que hay en todo este asunto de la lucha social cierto romanticismo que nos impide ver el verdadero trasfondo de las cosas. Pero volvamos al “Che”.

Quizá un día lo extrapolemos, aunque a mi criterio ya ha sucedido, a esferas diferentes de la izquierda y sea un símbolo de intento de cambio y de búsqueda del progreso. Esa transición se dé quizá por desconocimiento, por moda, por simplemente querer usar una gorra del “Che”, pero si sucede no tiene porque ser mala. De todas manera así es la historia de la humanidad: cambiante, porque los humanos lo somos.