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¿La píldora del día después es abortiva?

Nadie sabe a ciencia cierta si la PAE actúa como un abortivo. Y esto es así porque la implantación en el útero de un óvulo fecundado por un espermatozoide responde a varios factores. Prácticamente es imposible asegurar que en un determinado caso para un evento concreto, los dos comprimidos de 0.75 mg de levonorgestrel actúen como inhibidor de la ovulación o simplemente impidan la fecundación del óvulo femenino.

La administración de la PAE puede darse según la literatura del fabricante hasta 72 horas después de una relación sexual. En ciertas condiciones los espermatozoides pueden llegar al útero en tan solo 30 minutos, en este caso es poco probable que la PAE funcione solamente para impedir la fecundación.

Para ponerlo en blanco y negro, al menos habría que considerar estos cinco factores que intervienen en la forma y el momento que actúa el levonorgestrel en el organismo femenino: el tiempo exacto en el ciclo menstrual de la mujer; el tiempo de retraso entre la relación sexual y la fecundación; la formulación utilizada; el tiempo exacto de retraso entre la relación sexual y la administración y el acto sexual que motivó la administración del medicamento puede ser, o no, el único acto que puede causar la fecundación.

La autora feminista Germaine Greer menciona: ”En estos días, la anticoncepción es abortiva porque... no se puede demostrar que las píldoras eviten que el esperma fertilice un óvulo... Ya sea que sienta que la creación y el desperdicio de tantos embriones es un tema importante o no, debe ver que el cínico engaño de las mujeres al vender abortivos como si fueran anticonceptivos es incompatible con el respeto debido a la mujer como ser humano”. Decir que la PAE no es abortiva no responde a criterios científicos sino ideológicos. La PAE tampoco disminuye el número de embarazos no deseados en adolescentes.

La documentación científica coincide en mencionar que sucede precisamente lo contrario. Tampoco resuelve los casos extremos de violaciones, tan mencionados por los impulsores de la anticoncepción de emergencia, pues la medida no actúa sobre la causa sino sobre la consecuencia: al dolor de un abuso horrendo se le añade el funesto acto de eliminar una vida inocente. Extirpar una vida, o al menos albergar la duda de haberlo conseguido no es un acto inocente.

La PAE y los anticonceptivos en lugar de resolver agravan los problemas para la mujer pues pone el acento en ella y en su futuro hijo y no en los verdaderos causantes del problema. En lugar de erradicar la violencia y promover el respeto hacía la mujer, la PAE y la mentalidad anticonceptiva buscan una vía rápida de solución sin darse cuenta que no existen atajos posibles a la consolidación de una sociedad que valore a la familia.

Solo el hecho de plantear a una mujer usar un abortivo es también un acto denigrante que la rebaja colocándola al menos al mismo nivel de los abusadores para quienes el sexo es una mercancía barata. La PAE en lugar de proteger, fortalecer y liberar a las mujeres las vuelve vulnerables. Pensar que la solución es evitar un embarazo no deseado es jugar a la desinformación y otorgar armas a quienes atentan en contra de los derechos de la mujer solo para engordar sus propios intereses.

La solución es ayudar a las mujeres a que estén orgullosas de su identidad y a custodiar los valores femeninos más altos. Brindarles la oportunidad de asumir el importante rol que la maternidad les confiere en la sociedad.