Columnistas

Honduras, país de barbarie contra las mujeres

Rememorando un viejo informe de desarrollo humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) titulado “La pobreza en Honduras tiene rostro de mujer”, vuelvo y hago el empate con la situación actual, con el acecho violento hacia las mujeres. Hoy también cabe afirmar que en Honduras la muerte violenta se presenta en rostro de mujer.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Honduras ha descendido hasta ocupar el primer lugar en feminicidios en América Latina, con una tasa de 4.6 homicidios en mujeres por cada 100 mil habitantes. El Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) reporta que cada 20 horas una mujer es asesinada en Honduras y de la forma más brutal: estranguladas, desmembradas con machete y cuchillo, etc.

La situación es tan dramática que, al 24 de enero de 2024, ya se reportaban más de 16 mujeres asesinadas, es decir a diario están ocurriendo feminicidios, a sangre fría, sin que se escuche una acción contundente de parte del gobierno ni de las entidades defensoras de este sector para prevenir y frenar esta barbarie.

Todos los días, los medios de comunicación reportan escalofriantes casos de este tipo de asesinatos, tanto en los sectores rurales como en las zonas urbanas del país. Lo terrible que no se prevé es que todas estas mujeres que perecen dejan hijos huérfanos.

¿Qué está pasando en este país de barbarie? Nos preguntamos, porque ¡ya basta! Esa debería ser la exigencia de las mujeres organizadas. ¿Y por qué ahora casi nadie levanta la voz? Tenemos a una mujer como presidenta de la República, que debería asumir esta problemática con la más alta responsabilidad.

No habíamos salido del estupor, con la noticia del asesinato de una niña de 15 años de edad, Ingris Aracely Valladares Mejía ocurrida en la aldea Dificultades, El Paraíso, por su pareja, Jorge Alberto Pavón (34), quien además hirió a su hija de 6 meses, cuando fuimos sorprendidos con el asesinato de tres jóvenes en Islas de la Bahía.

Según el reporte policial, las jóvenes fueron aparentemente ejecutadas por la expareja de una de estas cuando salieron a departir. Los medios reportan que pudo haber otro autor de los hechos, pero el caso ha entrado en secretividad.

Dioni Beatriz Solórzano, Nikendra McCoy y María Antonia Cruz fueron asesinadas a balazos en la cabeza por su ejecutor o ejecutores. Desaparecieron, después de haber salido a departir, el pasado 7 de enero con Gilbert Santiago Reyes, un estadounidense de origen nacional, quien huyó a ese país del norte, mientras los cuerpos fueron dejados en un automóvil.

¿Vamos a esperar más asesinatos para activar los mecanismos que permitan prevenir más delitos contra las mujeres? Este es un tema que se debe tratar con suma responsabilidad, desde la escuela, desde las entidades gubernamentales y no gubernamentales, desde las legislaciones. Se deben establecer los mecanismos y las entidades de protección, de denuncia; deberían existir albergues seguros donde la mujer que se sienta en peligro pueda acudir y salvar su vida.

Mujeres, alcemos la voz, hagamos valer nuestra voz y voto. ¡Denunciemos! Forjemos un mundo en el que mujeres y hombres podamos convivir y ser respetados. ¡Dejemos atrás este país de barbarie!