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Fondos públicos para vivienda

Una verdad conocida por los economistas, consiste en que cualquier política gubernamental beneficia a algunos grupos y perjudica a otros, es decir, que asociadas a las mismas siempre existen ganadores y perdedores. Dado que actualmente el Banco Hondureño para la Producción y la Vivienda (Banhprovi), le ofrece a los bancos comerciales fondos a una tasa del 4.0% para la vivienda social, y del 7.0% para vivienda de clase media, ambas con financiamientos a 30 años plazo, es necesario preguntarse ¿a quién realmente se está beneficiando?

La respuesta a esa interrogante de parte de los voceros del gobierno, inevitablemente, sería que favorece a todo el pueblo, o más exactamente, a los ciudadanos en edad de votar en Honduras, aunque posiblemente se excluya a los dos millones de compatriotas que han emigrado.

Sin embargo, la misma gente del pueblo sabe que esa respuesta no puede ser cierta por tres simples razones: a) los recursos proporcionados por el Banhprovi a la banca nacional son limitados, ya que el 2024 apenas ascenderán a 32 mil millones de lempiras, lo cual apenas representa un 3.5% del monto proyectado por la Secretaría de Finanzas para el Producto Interno Bruto (PIB) del año en curso; b) los bancos suelen darle preferencia con los recursos del Banhprovi a los desarrolladores de proyectos de vivienda, dejándoles a los mismos la responsabilidad de vender las casas que construyen; y c) la gente realmente pobre no tiene dinero, trabajo, ni capacidad económica para cancelar la bajas cuotas de las viviendas que ponen a su disposición, porque la mayoría genera ingresos por debajo de los L2,500 al mes, los cuales apenas les ajustan para que coma un miembro de la familia.

Bajo esa realidad volvamos a preguntarnos: ¿a quién favorecen los fondos de vivienda del Banhprovi? No dispongo de cifras para garantizarle a nadie que ese dinero realmente ayuda a los pobres, tal como afirman los personeros del gobierno, los cuales están muy interesados en captar votos porque se aproximan las elecciones internas y generales en nuestro país.

Todo parece indicar que los más beneficiados con los recursos del Banhprovi son los desarrolladores de proyectos, lo cual en ningún caso debe juzgarse como algo malo, ya que el déficit de viviendas en el país hasta hace poco rondaba en las 750 mil viviendas, que equivale a decir que 3.75 millones de hondureños no tienen un techo bajo el cual cobijarse.

Aunque resulte irónico decirlo, el gran perdedor por los proyectos de vivienda que ayuda a desarrollar el Banhprovi es el mismo gobierno, y, por ende, los ciudadanos hondureños que pagan impuestos, ya que los recursos manejados por ese banco de segundo piso, se derivan de los fondos emanados de la emisión inorgánica de dinero del Banco Central de Honduras (BCH), cuando lo correcto sería que procedieran de la Hacienda Nacional, o sea, del Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la República.

Para finalizar debe plantearse, que lo peligroso de financiarse vía emisión inorgánica de dinero, reside en que en el mediano plazo esta modalidad de fondos termina impactando negativamente en las Reservas Internacionales Netas (RIN) del BCH, y puede elevar innecesariamente la inflación interna.