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Escándalos convenientes

El mundo moderno se impresiona rápido y olvida pronto, y los expertos en comunicación lo saben. Los cambios se dan a intervalos más breves y los valores parecen cambiar de un momento a otro. Por ejemplo, el mapa político de América Latina se modifica constantemente, aunque este no sea necesariamente un hecho negativo. El sociólogo Zygmunt Bauman lo plantea en términos de una sociedad líquida, cuyo funcionamiento y términos de referencia son volátiles, y yo diría que, por lo tanto, explosivos.

Un claro reflejo de lo que sucede en el mundo son las redes sociales, quizá como causa, pero por ahora no estamos seguros de ello. Los videos virales son cada vez más virales, pero quedan atrás con mucha mayor facilidad. Un video de TikTok que dura treinta, sesenta o noventa segundos una vez pasado no se vuelve a él, ni viéndolo ni en la memoria. Apenas se acaba, ya hay otro aguardando para ocupar su lugar y captar nuestra atención.

Dicha situación puede tener su explicación en que en la actualidad tenemos un mayor volumen de información y contenido, y que, por lo tanto, distribuimos nuestra atención en muchas más cosas.De lo anterior se puede intuir algunas realidades. Hoy, los escándalos de cualquier tipo, incluidos los políticos o de gobierno, tienen como principal escenario las redes sociales. Es decir que algunos hechos que son de interés nacional o internacional, compiten en atención con muchísimas formas de entretenimientos: espectáculos, música, deportes, etcétera. Y aún en un escenario en el que una persona centra su atención en los temas relevantes de un país, las polémicas; hechos o declaraciones escandalosas son tantas que pronto las unas quedan soterradas por las otras, en el internet y en la memoria. Por ahora así funciona el mundo, porque así funcionan las redes sociales.

Es como si estar involucrado en un escándalo o en una polémica fuera menos grave que en el pasado, al punto de que pudiera parecer conveniente, bajo la lógica de que un escándalo oculta otro. Lo que creemos que es acumulativo puede que no lo sea. Esta situación se parece a aquellos casos en los que un hijo rebelde tiene muchísimas faltas, que de tantas ya no se le toman en cuenta o se van difuminando, en cambio, el hijo “bueno” se equivoca una vez, pero como solamente es uno, ese error se prolonga en el tiempo y se recuerda con mucha mayor claridad.

Además, en los tiempos modernos, que como dije al inicio se impresionan rápido y olvidan pronto, también es posible volver a impresionar a las personas una vez decepcionadas. Es decir, que es más fácil mejorar la percepción y la opinión pública de cualquiera, lo que no necesariamente está mal, porque también es cierto que todos merecemos una segunda oportunidad. Pero sí es necesario tener presente que esta realidad se presta para la manipulación.

La manipulación es posible gracias a la falta de pensamiento crítico ante los medios de comunicación y las redes sociales. Ya he dicho en otras ocasiones, que así como lo hace la publicidad y la propaganda, cualquier medio se puede aprovechar de las emociones, o por lo menos de la falta de actitud crítica de la sociedad para lograr sus objetivos.

Siempre se ha dicho que los hondureños tenemos memoria corta, pero creo que en general el mundo tiene memoria corta, y hoy más que nunca.