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Es obvio...

Los signos son claros pues son estrategias practicadas en otras partes del orbe y cuyo objetivo es desprestigiar y debilitar a un sistema o gobierno que sea antipático u opuesto al statu quo (oligarquías visibles y fácticas) haciendo que pierda la confianza común. Por ello el mínimo error es magnificado a escala escandalosa. Que si nombró como ejecutora de cárceles a una jurista, vaya estupidez, la dama es ignorante en la materia. Que si un comisionado carece de experiencia en su campo, bruto patagónico que nunca va a aprender. Que si se viajó a China fue con propósitos de anidar ya el cubículo donde irán a esconderse los gobernantes actuales tras fracasar. Es terrible la carga de odio que manejan en sus corazones dichos antagonistas pues no les basta con hacer crítica, que sería ideal, sino inventar el error.

Igual de grave es la certeza de que hay ya constituido un equipo de muerte dispuesto no sólo a aniquilar a quienes podrían, tras pedidos discretos, contribuir a las acusaciones contra JOH o “Tony” Hernández, y así eliminar testigos, sino además a sembrar el terror. Expertos en delincuencia escribieron en Colombia, Haití, México y otros sitios de extremada agitación, que existen en el mundo moderno formas de crimen organizado pero también de crimen profesionalmente estructurado.

El primero es usualmente de delincuencia sobre personas y objetos: robo, extorsión, asalto, incluso circulación de drogas en volúmenes significativos o menudeo, acciones que los llevan, más que ocasionalmente, a matar. El segundo es más peligroso pues sus motivaciones son de venganza, obstrucción de la justicia y silenciamiento de personas por causas diversas: políticas, económicas... Usualmente esta segunda versión del delito es administrada por profesionales, sea de las armas (exsoldados y policías) y, o, de la cibernética (hackers). Reciben excelente pago por su labor antisocial, operan según objetivos y con frecuencia practican el sicariato de alto nivel.

Lo que intriga a los analistas de la realidad patria es la coincidencia de ciertos fenómenos o factores. Apenas entregar al bufete de defensa el juez Kevin Castel de Nueva York la documentación con que cuenta la fiscalía contra hondureños allá presos, en particular el expresidente Hernández, se asesina en Honduras a un asesor legal de este y a la compañera de Magdaleno Meza, quien antes fuera ejecutado en una cárcel. Es obvia la relación y la pregunta que surge es ¿qué clase de información habrán entregado estos a las autoridades norteamericanas como para someterse a tan grave peligro, y qué recompensa recibieron? Pues incluso sin que se citara sus nombres el tipo de datos que hayan aportado delata su origen y procedencia.

Pero además debe desacreditarse al gobierno y para eso se mata a personas o grupos, se ametralla a un individuo o se estilan masacres colectivas, ya que el propósito es generar miedo, agitar la desconfianza en torno a la capacidad de los administradores del Estado y, cual corolario, mostrar que el grupo cerrado que realiza esas acciones es inmune: de él se desconoce todo, no se le captura, no ocurren infidencias a pesar de las recompensas ofrecidas.

Grave situación que no es nueva en otras regiones pero para nosotros pavorosa.