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El efecto rebote en Honduras

El efecto rebote en economía, conocido también como “paradoja de Jevons”, anuncia que “un aumento de la eficiencia en el consumo de un recurso puede no disminuir el consumo de dicho recurso, sino aumentarlo”. Aclaremos este galimatías por medio de una pelota de baloncesto, la cual después de ser lanzada con fuerza contra el suelo, buscará elevarse hasta la altura de la meta anhelada: el aro. Aplicando esta metáfora a la producción, resultaría que una fuerte caída de la misma puede terminar incluso superando el valor original de tal variable. Veamos algunos ejemplos.

De acuerdo con la información de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), países como Argentina, México y Ecuador que en 2020 mostraron una disminución del Producto Interno Bruto (PIB) de -10.5%, -9.0% y -9.0%, respectivamente, tan solo alcanzarán un crecimiento de 4.9%, 3.8% y 1.0% en el 2021, mientras que otros como Perú, Panamá y Bolivia serán más favorecidos por el efecto rebote, ya que lograrán crecer este año en 9.0%, 5.5% y 5.1% en la secuencia expuesta, después de experimentar por su correspondiente orden una caída en el 2020 de -13.9%, -11.0% y -8.0%. ¿Cuáles factores potencian el efecto rebote? En el caso del Perú están la recuperación de la estabilidad política, los sostenidos impulsos fiscales y los ingresos provenientes del sector minero, especialmente del cobre. Respecto a Panamá, se vinculan a la reactivación de las actividades financieras y del comercio, acompañadas de un mayor tránsito de barcos por el canal interoceánico. Bolivia habiendo logrado reanudar su estabilidad política, se ve favorecida por la venta de gas natural a países del cono sur. En resumen, todos ellos tienen una actividad o un recurso estratégico que impulsará su renacer económico.

¿En Honduras cuáles son esos factores potenciadores del crecimiento? En la actualidad residen en la estabilidad política por medio de elecciones limpias; la necesidad de un efectivo control del coronavirus; y, la elaboración del Plan de Reconstrucción a corto y mediano plazo, que ayude tanto a obtener recursos financieros de la comunidad internacional como también a concederle prioridad a educación, salud, protección humana e infraestructura vial y social, mediante la construcción resiliente de carreteras, puentes, represas, viviendas, escuelas y centros de salud en comunidades olvidadas, capaces de resistir una nueva embestida de la naturaleza.

Concluyendo el tema: debido a carecer de suficientes fuerzas y recursos estratégicos nacionales, el efecto rebote en Honduras no logrará traspasar el 3.7% de crecimiento real en 2021, ya que partiendo de un 2.7% en el 2019, registró una histórica caída de -9.5% el 2020.