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Código rojo para el homo sapiens

El 9 de agosto de 2021 fue publicado el sexto informe del IPCC- Panel Intergubernamental de expertos sobre cambio climático. Nuevamente 234 científicos y 195 países, tras tres años de redacción y dos semanas de negociaciones virtuales, aprobaron la redacción final y publicación del Informe, el cual confirma que se están produciendo cambios en el clima de la Tierra en todos los continentes y océanos de manera acelerada. Los cambios en el clima provocados por el ser humano son irrefutables, irreversibles y han provocado un aumento de 1.07 ºC en la temperatura del planeta. El impacto de la acción humana ya se acerca al límite de 1.5 °C de aumento de la temperatura global que se definió en 2015 durante la COP21, en el Acuerdo de París.

Es la primera vez que el IPCC cuantifica la responsabilidad de las acciones humanas en el aumento de temperatura en la Tierra. Se alerta que el planeta ya no tiene lugares a salvo y culpa al homo sapiens del aumento de fenómenos. Los investigadores son muy contundentes, al insistir que tienen que haber reducciones inmediatas, rápidas y a gran escala en las emisiones de gases de efecto invernadero. Alertan que no podemos seguir en las mismas y hacen un llamado a poner fin al carbón y las energías fósiles, a disminuir las emisiones de metano y tomar medidas más drásticas. Los escenarios climáticos no son favorables para la humanidad y el secretario general de la ONU considera que es “un código rojo para la humanidad”.

En este informe se señala que los eventos climáticos extremos, incluidas las olas de calor, fuertes lluvias y sequías, serán más generalizados, más rápidos y cada vez más graves a nivel mundial. Se alerta de la subida del nivel del mar y del derretimiento de los glaciares. Se proyecta que para 2030, la temperatura media del planeta será 1.5 ºC o 1.6 ºC mayor a la de los niveles de la era preindustrial en los cinco escenarios relativos a las emisiones de gases de efecto invernadero. Se ratifica que desde 1960, los bosques, suelos y océanos han absorbido el 56% de todo el CO2 que la humanidad ha expulsado a la atmósfera, pese a que esas emisiones hayan aumentado un 50%. Resalta que, sin la ayuda de la naturaleza, la Tierra sería un lugar mucho más caliente e inhóspito de lo que es ahora. Reiteran que el nivel global de los océanos ha aumentado unos 20 cm desde 1900, y el indicador de crecimiento prácticamente se ha triplicado en la última década. Las capas de hielo que se deshacen en la Antártida y en Groenlandia son ahora el principal factor, por delante del deshielo de los glaciares. Describen que si las temperaturas globales aumentan 2 ºC, el nivel de los océanos subirá cerca de medio metro en el siglo XXI.

Finalmente, el informe describe que si no se logra disminuir las emisiones de metano (CH4), el segundo gas de efecto invernadero más importante por detrás del CO2, no se conseguirá cumplir con los objetivos marcados en el Acuerdo de París. Por los escenarios que se plantean parece que nos irá peor y no se ve que ninguna zona del planeta estará a salvo, no existirá ningún lugar al que correr, ningún lugar donde esconderse. Para limitar el calentamiento global son necesarias reducciones profundas, rápidas y sostenidas en CO2, y para ello, los grandes emisores (China, EEUU, India, Rusia, Japón) deben presentar propuestas y compromisos ambiciosos camino a la COP26, que se realizará del 1 al 12 de noviembre de 2021 en Glasgow. Cuanto más esperemos, más devastadoras serán las consecuencias.