Columnistas

Balance y expectativas al finalizar 2023

Otro año concluye entre algunas satisfacciones y muchas decepciones. Por sobre todo, debemos estar agradecidos con el Creador por habernos permitido seguir existiendo este año. Mucho más agradecidos todavía por dejarnos vivir el siguiente o, los siguientes, según disponga su suprema soberanía. Estamos en la víspera cercana para transitar al año 2024 después del nacimiento terrenal del Salvador del Mundo.

De nuevo, hemos sobrevivido en la entremezcla de cosas positivas y otras negativas. La economía hondureña siguió sin alzar vuelo más allá de un 3% de crecimiento del Producto Interno Bruto real. Muy lejos del buen crecimiento que sea suficiente para el Desarrollo. Los problemas del empleo, la pobreza, inseguridad, la desigualdad y el subdesarrollo nos continuaron avasallando. Pasó otro año sin que pasaran y se cumplieran aquellas metas tan anheladas de cambio estructural. Escasas señales en lo coyuntural. Viene otra vuelta al Sol con esperanzas renovadas a pesar de todas interacciones dialécticas que nos marca la naturaleza humana. Miserias y grandezas.

Fiscales que no fiscalizan. Funcionarios que no funcionan. Fiscales que saquean el fisco. Gobernantes que no gobiernan. Administradores del fisco que son un fiasco. Políticos que se dicen demócratas pero que socavan la democracia. Socialistas que no socializan, solo cuando es para su beneficio particular. Riqueza de datos estadísticos sobre los pobres, pero, extrema pobreza en voluntad para ejecutar políticas públicas para reducirla. Tantas verdades revueltas con mentiras.

Tantos ministros encargados de la economía que no saben -ni tampoco les interesa saber- sobre una ciencia fácil, pero, en la que muy pocos sobresalen, al decir de John M. Keynes. Ese afán de la macroeconomía de conocer superficialmente el bosque, sin tiempo para interesarse en atender a profundidad a los árboles. Esa irresponsabilidad de interpretar la realidad sin comprometerse a transformarla (frase de Marx). Quizás algunos amagos de avanzar, muchos retrocesos, balance no positivo. Un repudio contra aquellos personajes muy acomodados hoy en las alturas del gobierno, que demostraron no están dispuestos a hacer y corregir lo que tanto criticaban ayer, cuando estaban en la llanura política. El cercano mañana los despertará de su sueño monetario y les cobrará su desdén.

Rechazo generalizado este año y los siguientes, para aquellos que han sido evidenciados engañando al pueblo desde sus costosas butacas legislativas sin uso productivo. Legisladores que no legislan. Tipos y tipas caradura a los que no les importa ser criticados y que hoy solo les reconforta esa sensación de ternura que produce el dinero como declamaba Roberto Sosa.

Gracias a los que no habiendo tenido oportunidades en Honduras, emigraron y remesan un millón de dólares cada hora.

Ciertamente que reflexionar sobre el tiempo transcurrido y lo realizado produce generalmente mucho pesar y nostalgia. Pero, es fundamental reflexionar sobre él para animarnos a actuar mucho mejor en el presente y futuro. En el mensaje de Pablo a los cristianos en Filipos apunta: “Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta”. Flp. 3:13.

Al fin y al cabo, la humanidad está encerrada en la cápsula del tiempo, no podemos detener su avance y solo podemos reflexionar cómo lo aprovechamos mejor. Como alguna vez dijo Albert Einstein: “El tiempo y el espacio no son condiciones de existencia, el tiempo y el espacio son un modelo para pensar”.

Seguro estas líneas parecerán un desorden entonces, quizás ayude la frase de Joseph Schumpeter: “El progreso económico, en la sociedad capitalista, significa confusión”.