Cartas al editor

De cara a las elecciones del 2025, los partidos Libre, Nacional y Liberal han perdido toda credibilidad ante los electores. Tras serios señalamientos tanto de la prensa internacional como nacional, cortes internacionales, países amigos y hasta de actuales congresistas de nuestro país quienes han dicho claro que “los tres partidos políticos están infiltrados por el narcotráfico”. El Consejo Nacional Electoral (CNE) no debe, entonces, “obligar” a los electores a ir una nueva elección general 2025 a votar exclusivamente por estas tres instituciones que no solo han caído en decadencia, sino que también han avergonzado al país pues a nivel internacional se le has calificado de “narcopartidos”. En ese sentido, el CNE tiene que saber interpretar el nuevo panorama político, reconocer que en el 2021 Honduras cambió su forma de ejercer el sufragio y abrir las puertas a los nuevos proyectos políticos como: Nueva Generación, Partido Republicano y Libertario, entre otros, para que “por esta vez” no sean tan estrictos en cuanto a los requisitos de su inscripción y garantizar su participación en el próximo torneo electoral, pues de lo contrario estarán privando y casi asegurando un abstencionismo masivo el último domingo de noviembre de 2025. Me decía mi padre Rigoberto Espinal Irías (QDDG), un ilustre abogado, catedrático universitario, exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia y asesor del Ministerio Público: “Hijo, hay veces que los magistrados y jueces nos vemos en el dilema de ser como un roble o como un bambú, decir que hay circunstancias en que hay que ser fuertes como un tronco o flexibles, cuando eso pasa habrá que pedirle a Dios sabiduría para saber tomar una correcta decisión”. Honduras hoy reclama de la incursión de nuevos ciudadanos y ciudadanas que no vengan “contaminados”, que no sean “vendidos” ni mucho menos” personas que accedan al poder financiados por recursos de dudosa procedencia.