Cartas al editor

Los proyectos agrícolas

El verano se aproxima hacia la región tropical.

Los agricultores de Jutiapa, Atlántida, han iniciado con la siembra primera del maíz y frijoles para las cosechas en mayo y junio.

En el departamento de Ocotepeque, los productores se afanan en la siembra y cosecha de verduras para los mercados locales y de las comunidades vecinas.

Ocotepeque reclama al Gobierno por el pésimo estado de las carreteras secundarias, lo que obstaculiza el transporte de su producción hacia otros departamentos; al parecer, ellos mismos, los agricultores, se autofinancian sus proyectos hortelanos y el cultivo de cereales y otras producciones anuales.

El activar los proyectos agrícolas en el país incentivando a los campesinos corresponde a las Fuerzas Armadas, pues se informó que ellas se encargarían de financiarles a los campesinos sus proyectos de producción agrícola, al menos que el Alto Mando decida destinar al Ejército la producción de granos básicos para abastecer a los mercados y llenar los silos del Instituto Hondureño de Mercadeo Agrícola (IHMA), sin olvidarse de los deberes que les impone la Constitución.

Al pueblo le encantaría tener a las Fuerzas Armadas como garantes de los dineros que están destinados para apoyar a los campesinos en la agricultura, para tener la seguridad que sus cultivos serán garantizados con el apoyo técnico de expertos, con lo que la producción sería todo un éxito, y que la gran masa de la pobrería tendría comida en sus hogares.

Estos productores desconocen -y no se han referido- a los cuatrocientos millones de lempiras que el Gobierno traspasó a los militares para proyectos agrícolas.

Todos sabemos que las Fuerzas Armadas han jugado un rol espectacular a favor de los ciudadanos que fueron afectados por los huracanes Eta y Iota en noviembre del 2020, salvando vidas que estaban en peligro; además siempre están disponibles para la protección de los bosques para evitar incendios forestales, entre otras actividades a ellos encomendadas.