Opinión

Pintora. Porque a sus 21 años de edad es una promesa en el mundo del color y del pincel. Radicada en Quimistán, Santa Bárbara, revela cómo pasó del anonimato a la notoriedad en el círculo de los artistas hondureños.

Sus obras reflejan la dura realidad ambiental y social del país con el fin de formar conciencia en lo político, en lo humano y lo esencial.

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