Un deteriorado callejón condujo a una humilde vivienda en la zona conocida como La Merriam.
Al llegar, un pequeño de piel trigueña con cabellera larga soltó la más dulce de sus sonrisas mientras se recostaba suavemente sobre un humilde sofá. Con notable timidez, el menor agachó su mirada mientras cruzaba los dedos de su mano.
Segundos después, la dulce voz de su abuela, doña Ada Cuello, rompió el hielo que mantenía al pequeño Cristhian Samir Lazo, uno de los cinco niños Teletón, atemorizado por la extraña visita.
“Salude papi, son nuevos amigos”. En un segundo Samir regaló nuevamente una sonrisa, pero esta vez la acompañó de su pequeña mano para saludar.
Su abuela cambió rápidamente el par de tenis que portaba el niño y colocó los recién comprados en sus delgados y delicados pies.
“Los zapatos ni los gasta porque aún no puede caminar, pero el papá vive comprándole para que tenga cuando ya los necesite”, comentó doña Ada.
Y es que a simple vista el pequeño angelito es un niño normal, sin embargo, un incidente en el embarazo de su madre le impidió disfrutar de muchos partidos de fútbol en sus primeros años.
“Cuando él nació, lo doctores dijeron que era asfixia lo que traía porque él nació morado y bien blandito”, relató doña Ada.
“Lo tuvieron una semana internado supuestamente por asfixia, pasaron ocho días y lo remitieron a Teletón”, comentó.
Aún sin saber por qué los médicos habían determinado enviar a Samir a la Teletón, sus padres Cristhian Lazo y Ana Yansi Arteaga cumplieron con la orden de los galenos.
“Nosotros no nos explicábamos qué le pasaba, los médicos lo que decían era que el niño tenía problemas en sus piernitas y como estaba tan chiquito no podíamos saber por qué era que él no podía mover las piernas”, recordó.
Tres meses después de su nacimiento, Samir ingresó a Fundación Teletón con la esperanza de sus padres de que en esa institución el pequeño podría recuperar la movilidad de cuando estuvo en el vientre de su madre.
“Ella (la madre de Samir) estaba bien, el niño se movía bien, mi hijo (papá de Samir) se ponía así con las dos manos sobre la panza de ella y él se movía”, dijo la humilde abuela.
“Nunca me imaginé que iba a tener que pasar esto con mi nieto, estos años han sido los más duros de mi vida, pero mi recompensa es verlo a él sonreír y con más ganas de caminar cada día”, comentó.
Samir ya cumplió cinco años y aunque sus piernas no tienen la fuerza suficiente para mantenerse por sí solo, su energía y su deseo por caminar se ve reflejado en su rostro cada vez que lo intenta. “Es un niño muy fuerte, todos estos años los ha pasado con terapias en Teletón y ha mejorado bastante. Primero era bien blandito del cuellito, no se movía cuando nació y al estar en Teletón él ahora ya gatea, ya se está parando”, explicó doña Ada.
“Ha sido bien macaneado, bien duro enseñarle a hacer ejercicios aquí en la casa, a que él se moviera. Así gateó y ahora ya medio camina agarrado de los muebles, no se cansa, él lo intenta otra vez y otra vez y eso nos llena de fuerza”, manifestó.
La fuerza de Sansón
Su pelo largo es un compromiso ineludible que se traduce en su deseo de caminar y disfrutar su infancia como un niño de su edad. “Tiene una promesa con su pelo, él dice que cuando camine se va a cortar el pelo, todo mundo cuando le pregunta: Cristhian, ¿por qué no te cortas el pelo? y él les dice: ‘no, cuando yo camine’”, expresó su abuela.
“Yo a veces se lo recorto solo las puntitas, él se enoja, dice que no le cortemos el pelo, pero solo es un poquito, es como su fuerza, la fuerza que tuvo Sansón según la Biblia”, comentó entre risas.
Pese a su dificultad para caminar y su corta edad, este pequeño triunfador sueña con ir a la universidad y convertirse en un doctor para ayudar “a niños como yo”.
“Si Dios quiere el otro año ya lo vamos a llevar al kínder, yo estoy muy agradecida con Teletón porque si no fuera por ellos no existieran sueños en mi niño, ellos le han enseñado a que puede ser alguien grande en la vida sin importar su problema”, comentó doña Ada.
“Si no existiera Teletón no sé cómo sería, nosotros nunca hubiéramos podido pagar todas las terapias que él ha recibido y que yo sé que lo van a sacar adelante y va a tener un futuro bonito, va a ser mi doctor cuando esté grande”, agregó.
Mientras esta etapa profesional llega para el pequeño Samir, sus días se resumen en pasar largas horas dentro de un gran automóvil de juguete que posa en medio de la reducida sala de su hogar y asistir a sus terapias en Teletón.
El milagro Teletón
Así como Samir, miles de niños y adultos han recibido durante 26 años la ayuda y solidaridad de los hondureños a través de Fundación Teletón.
Esta fundación, que nació en 1987, ha brindado más de 250 mil atenciones personalizadas en los cinco centros integrales ubicados en Olancho, Choluteca, Tegucigalpa, Santa Rosa de Copán y San Pedro Sula.
Para la administración de estos, cada año Fundación Teletón busca el apoyo de corazones solidarios que hacen posible milagros como el de Samir.
Este año no es la excepción, este 13 y 14 de diciembre los hondureños están llamados a sobrepasar la meta de 45 millones de lempiras que serán utilizados para el beneficio de muchos hondureños.
A esta noble causa se han unido más de 23 empresas como Banco de Occidente, Carrión, farmacias Kielsa, Banco Ficohsa, Espresso Americano, entre otras, que han colocado artículos promocionales en apoyo a Teletón. Así también, cada banco ha destinado una cuenta bancaria para que los hondureños puedan demostrar su solidaridad.
