Honduras

'No traía de aprender...”

No pasó el primer grado, pero logró educar a sus hijos hasta el sexto

07.04.2014

“De lápiz no sé ni cuál es mi nombre, pero con este pensamiento que Dios me dio he educado a todos mis hijos hasta el sexto grado”, cuenta Juliana Gutiérrez a EL HERALDO, que la visita frente a su casa en Los Planes del Duraznal, camino a La Tigra.

El relato de esta mujer demuestra la complejidad de educar a los hijos en la pobreza y la determinación que se requiere para avanzar un paso a la vez. A pesar de que en comparación a los otros países de Latinoamérica Honduras se encuentra atrasada en sus progreso educativo, sí ha habido un avance importante en el nivel educativo de los hondureños en las últimas décadas.

Sin embargo, este avance no ha sido sencillo, teniendo en cuenta que en muchos casos los padres de los estudiantes son analfabetos.

“Les agradezco que hayan venido. Poco a poco se va dando cuenta uno de las personas que sufren y sacan adelante a sus hijos”, cuenta al empezar la entrevista.

Juliana ha educado a 7 hijos de 2 hombres distintos. “Usted sabe que a una mujer sola no hace falta quien venga a molestarla. Le ofrecen a uno ayuda, pero otra cosa es que después se la den.”

Parte de la formación que Juliana ha dado a sus hijos es saber administrar lo que se tiene: “Me gusta analizar. Yo le cuento a mis hijos cuánto ganaba en mi tiempo. Ganaba 12 pesos (lempiras) a la semana y con eso les tenía que dar de comer”.

La oportunidad de educarse hasta el sexto grado que Juliana dio a sus hijos no es una oportunidad que ella tuvo en su niñez: “Yo me quedé en primer grado. No sé nada yo de letras. Entrábamos a las 7:00 de la mañana y salíamos a las 12:00 solo a tomar agua. No teníamos nada de comer. Y después de tomar agua y a veces una tortilla con sal entrábamos a la 1:00 de la tarde. Eran dos jornadas las que daban. Como les digo, si yo tal vez no aprendí es porque no traía de aprender, ¿verdad?”

Para Juliana, cuando se quiere salir de la pobreza es tan importante educarse como administrar lo que se tiene. “Si aprende y se gradúa encuentra un buen trabajo que le pague bien. Porque el hecho de estudiar no es que va a tener. El hecho de estudiar es saber administrar lo poco que uno consigue. Porque si no sabe administrar de nada le sirve que trabaje. ¿Cuántas personas no ganan el montón de dinero y ya a los tres días no tienen nada? ¿Por qué? Por el poco pensar y administrar. Como dice el dicho, el ser pobre no es ser tunco. ¡No es ser ciego!”

Con humor, Juliana le da vuelta a una entrevista acerca sobre cómo educó a sus hijos para contarnos para qué sirven los frutos de la educación.

“Dice el refrán, ¿verdad?, que no hay que ser renco de los pies. Pues hay gente que no es renca de los pies sino de la cabeza.
¡Así es la cosa!”

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