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Periodista de EL HERALDO a comunicadores de La Esperanza: “Sigan siendo la voz de sus municipios”

Este martes se conmemoró el “Día del Periodista Hondureño” en la ciudad de La Esperanza, Intibucá. La periodista de EL HERALDO, Sabdy Flores, quien además formó parte de la mesa principal, brindó un discurso dirigido a los comunicadores sociales de esa zona del país
31.05.2022

LA ESPERANZA, INTIBUCÁ.- Bien lo catalogó el escritor y también periodista, Gabriel García Márquez, “el periodismo es el mejor oficio del mundo”... Y para reconocer la labor de los comunicadores sociales de La Esperanza, Intibucá, este martes se conmemoró el “Día del Periodista Hondureño” en un hotel de esta fresca ciudad.

Al evento asistió la periodista de EL HERALDO, Sabdy Flores, quien recibió la invitación por parte de la Dirección Departamental de Educación de Intibucá con el apoyo de Visión Mundial para compartir su experiencia y aprendizaje en el mundo de las comunicaciones con las personas que se dedican a este noble oficio y velan por informar con veracidad desde sus comunidades.

“Estoy muy agradecida y contenta de estar en casa. Me alegra mucho tener la oportunidad de compartir mis conocimientos con mis colegas y aprender de ellos”, expresó Sabdy, quien labora en este rotativo desde 2018. Con una sonrisa, agregó que “me llena de orgullo escucharlos hablar con mucha pasión sobre este oficio”.

Sobre nuestra periodista

Sabdy Flores, de 27 años de edad, creció en la ciudad del manto blanco. En 2012 se mudó a la capital hondureña para iniciar sus estudios en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Egresó de la carrera de Periodismo en 2017.

Reacciones y participaciones

“En este día se regocija nuestro espíritu sabiendo que estamos haciendo un reconocimiento a aquellos profesionales que tienen una enorme responsabilidad con la sociedad”, expresó en sus palabras de bienvenida, la directora departamental, Gloria García.

Por su parte, la licenciada Yessenia Vallecillo, tuvo una participación especial; con su incomparable talento y melodiosa voz deleitó a los agasajados con las canciones “Cuando una mujer” y “En cambio no”.

A continuación el discurso:

¡Buenos días! Qué alegría estar en casa... Hace 10 años salí de La Esperanza, Intibucá, para enfrentar un reto profesional: mi carrera universitaria.

A inicios de 2012 dejé este lugar. Me marché a Tegucigalpa, capital de Honduras, con maletas que cargaban sueños y metas. Pero, en el equipaje, también podía sentir el peso de mis miedos, el peso de mis inseguridades, el peso de mis angustias. Sabía que nada sería fácil, pero estaba dispuesta a intentarlo, porque hasta los retos más difíciles se pueden lograr con esfuerzo, creatividad y mucha, mucha ilusión.

Cuando ingresé a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) no tenía muy claras mis ideas. Había realizado el examen de admisión para cursar la carrera de Derecho y como segunda opción había colocado Periodismo, la tercera opción ni la recuerdo. Por más que lo pienso y pienso... No sé en qué momento me visualicé en el mundo de las leyes... Ahora lo analizo un poco y me causa gracia, ja, ja, ja, seguramente ahora sería una profesional frustrada, porque no me veo ejerciendo otra carrera que no sea Periodismo. Tiempo después y de tanto pensarlo, decidí cambiarme a Periodismo. Yo crecí escuchando noticias. Todas las mañanas antes de irme para la escuela Monseñor Eusebio Rivera Alemán (M.E.R.A) escuchaba noticias en la radio y cuando realicé mis estudios en el Instituto Departamental de Occidente (IDO), recuerdo que con mis compañeros conversábamos de casi todos los temas: Películas, series, comidas, fútbol, telenovelas, libros amores, desamores... en fin, tantas temáticas para abordar, pero yo les agregaba uno más: las noticias. Creo que era la rara del grupo, ja, ja, ja. Estudié periodismo porque no encontré una mejor manera para servir a la sociedad. Es una profesión difícil, pero puede llegar a ser muy gratificante y abrirnos puertas que pueden parecer inalcanzables.

En este noble oficio hay momentos de felicidad y satisfacción, pero también instantes duros... y estos últimos no los cuenta casi nadie.

Para mí, conmemorar el Día del Periodista significa reflexionar. Sí, reflexionar, porque es una fecha que me hace pensar en todas esas cosas que, hasta el momento, el periodismo me ha enseñado. Créanme, son tantas, que enumerarlas una por una en esta ocasión se me complicaría un poco; pero no quiero dejar de compartir algunas lecciones con ustedes.

El periodismo me ha enseñado a descubrir cada una de mis emociones. A explorar mis sentimientos y saber que la sensibilidad puede representarme más que mi carácter fuerte. A sentirme triste ante las tragedias de los demás. A enfadarme cuando las personas son insensibles. A llenarme de impotencia por no tener lo suficiente para ayudar a alguien.

El mejor oficio del mundo, como lo describió el escritor y también periodista, Gabriel García Márquez, me ha dado la fortuna de conocer a personas excepcionales que en el camino se han convertido en familia. Y como la gratitud es un valor que mis padres inculcaron en mí desde que era muy pequeña, y siempre me acompaña, hoy agradezco a mi familia EL HERALDO -medio de comunicación para el que trabajo desde 2018- porque ha creído en mí y me ha dado la oportunidad de desarrollarme como profesional, de realizar mis ideas por muy dementes que parezcan.

Gracias a mis mentores, porque cada vez que pueden me recuerdan lo lejos que puedo llegar y me impulsan a seguir adelante, a dar una milla extra. Gracias a mis líderes porque todos los días me dan lecciones de vida y con su calidez humana me inspiran a ser mejor. Gracias a mis amigos, porque están cuando tienen que estar. Porque ese incondicional apoyo que me dan es un tesoro valioso para mí. Gracias a mis compañeros, porque todos los días aprendo algo nuevo de ellos y hacen más amenas mis jornadas laborales. No menciono nombres porque ellos saben quiénes son. A ustedes que están aquí este día y para quienes pido aplausos... Les extiendo mis felicitaciones, porque sé que cada día se esfuerzan por levantar el estandarte de la verdad, porque sé que se sacrifican por estar en el lugar de la noticia e informar con veracidad. Ustedes también merecen que su trabajo sea reconocido y que no quede en el olvido. Los invito a que sigan siendo la voz de sus comunidades. Como comunicadores sociales tienen una enorme responsabilidad con su gente, con una sociedad cansada de las injusticias, cansada de la corrupción. Recuerden que deben aprender a escuchar... Esa es la clave para ejercer el periodismo con responsabilidad, compromiso y pasión.

¡Ah! Y una cosa más... Tengan presente que para saber contar grandes historias los detalles son muy importantes. Los detalles nos ayudan a darnos cuenta que el reportaje que nos puede cambiar la vida puede estar en donde menos lo esperamos...

En unos deliciosos nacatamales, en un rico atol agrio, en la persona que asea la empresa en la que trabajamos, en las personas que todos los días limpian las calles o en los campesinos que madrugan y caminan por muchas horas hasta llegar a sus cultivos y continuar con sus faenas... En cada detalle, por muy simple o pequeño que parezca, siempre hay una historia que contar. ¡Muchas gracias!