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Darvin Rodríguez: el cómic como aporte a la gráfica hondureña

El proyecto “Personajes de acción” nos revela a uno de los mejores dibujantes del país, su gráfica puede abordar cualquier género, pero es en el cómic donde alcanza su maestría plástica

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16.06.2018

Tegucigalpa, Honduras
Una lectura inmediata del proyecto “Personajes de acción” del artista hondureño Darvin Rodríguez nos invita a detenernos en su calidad técnica excepcional, en la precisión de cada detalle, en la monumentalidad de cada obra y en la invocación conceptual que reviste este conjunto organizado por siete piezas.

Pero, aunque una lectura así tenga sentido y sea lógica, no deja de ser limitada porque un proyecto de esta naturaleza también invita a ser leído desde la evolución historiográfica de la plástica hondureña, es decir, desde el lugar que ocupa en la producción plástica nacional y el aporte que deja a la cultura artística del país.

En el plano estrictamente plástico, si me preguntaran qué hay más allá de los dibujos de Darvin, respondería sin titubear: el dibujo mismo; pero, Darvin se acerca al dibujo con una mirada inteligente y lo hace gravitar sobre una estructura conceptual solvente y crítica; me hace recordar al artista expresionista Nolde, cuando dijo a principios del siglo XX: “mi línea se ha convertido en un nudo de dolor”; lo mismo podemos decir de “Personajes de acción”, son dibujos que se transmutan en una experiencia dolorosa expresando la angustia y explotación de los sectores más desposeídos del país.

Darvin Rodríguez nos viene a decir que el dibujo tiene en sí mismo la suficiente carga semántica para denunciar la compleja y difícil realidad social que históricamente ha vivido Honduras.

Esta gráfica renueva un discurso crítico que no apreciábamos desde los años ochenta, pero aquellas propuestas tenían como asidero la neofiguración de los muralistas mexicanos de principios de siglo o el expresionismo figurativo de Guayasamín, esta oferta de Rodríguez tiene como referente plástico al cómic y como gesto la ironía.

El título de la muestra: “Personajes de acción”, no se puede comprender sin la estética del cómic, precisamente porque muchos superhéroes de la cultura occidental son tratados bajo esta gráfica, entre ellos podemos mencionar al Capitán América, Flash, Spawn, el soldado del diablo; Bucky Barnes, el soldado del infierno; el Doctor Manhattan, el científico; Tormenta, Thor, Cable, el viajero del tiempo; estos, entre otros personajes del “bien o del mal”, se cuentan entre los muchos superhéroes que ha idealizado la cultura norteamericana.

“Descarga”. El superhéroe de esta obra es el obrero bananero que busca liberarse de la explotación. El gesto plástico evidencia una rabia histórica estallando en cada trazo.

“Descarga”. El superhéroe de esta obra es el obrero bananero que busca liberarse de la explotación. El gesto plástico evidencia una rabia histórica estallando en cada trazo.



Los superhéroes de Rodríguez son los obreros bananeros, el albañil, el campesino explotado en el campo, la mujer que carga su condición de marginada y explotada, el machete frente a las armas que disparan rayos y hasta el mismo artista se percibe como un superhéroe que debe encarar con valentía el orden de cosas que limita su libertad para crear.

El carácter irónico de este proyecto reside precisamente en representar los famélicos cuerpos de nuestros “personajes de acción” con una gráfica de marketing internacional que ya trae consigo una industria de superhéroes preestablecida para el consumo de imágenes.

Nuestros “personajes de acción” son el subproducto humano de una realidad injusta, condicionada por un sistema de poder capitalista que da pie a personajes con poderes extraordinarios y sobrenaturales, la industria mediática los presenta con cuerpos robustos y armas poderosas.

Podríamos decir que los personajes de acción de Darvin Rodríguez son el contrapunto del superhéroe occidental: Máximo Luján vs. Spider Man.

En la gráfica del artista nuestros superhéroes son representados con una anatomía que se mueve entre lo idealizado y lo verosímil; toma los rasgos expresivos del cómic y los dispone en cuerpos retorcidos por la opresión, la explotación y la miseria; la dignidad de estos personajes propuestos por Rodríguez reside en su rebeldía y en la unidad.

Las piezas de este proyecto son monumentales, esta monumentalidad no es fortuita, obedece a la idea de construir formatos de orden publicitario que potencien la factura plástica de la obra y su poder de comunicación.

En “Personajes de acción” solo la obra “Milagros” está elaborada bajo un formato rectangular segmentado, típico de algunas producciones cómic que influenciaron este género desde los años cuarenta; fuera de esa particularidad, todas las piezas representan figuras sobre planos generales alargados, este acierto sumado a la verticalidad del formato contribuye a generar un impacto visual apabullante.

El artista Darvin Rodríguez.

El artista Darvin Rodríguez.

La obra “Mezzzcla” escapa al formato vertical que caracteriza al conjunto de esta propuesta, su plano es rectangular pero no elude la monumentalidad del proyecto, integrándose así a la unidad gráfica y a la proyección visual de estas imágenes. Esta obra tiene además un rasgo característico del cómic: la expresión gráfica de naturaleza sonora. Este gesto lo podemos apreciar en el título de la obra que a su vez se convierte en elemento constitutivo de la misma.

Las obras “Carga”, “Descarga”, “Machete” y “Versus”, al igual que las otras ya mencionadas, tienen además de su poderosa carga semántica o significativa, una realización plástica contundente; la tinta sobre el panel de formica intensifica la realidad de la línea, el trazo grueso o fino no solo definen los contornos y volúmenes de las figuras, también constituyen el ritmo y modulación de los movimientos de estos personajes.

No podía ser de otra manera, son “Personajes de acción”, son la representación gráfica de un movimiento que detona en la fuerza del trabajo o en gesto de rebeldía, por eso la línea de trazos gruesos y finos es plástica y conceptualmente dinámica.

“Personajes de acción” nos deja una gran enseñanza: no es cierto que acudir a lenguajes extranjerizantes es incorrecto; las formas, técnicas y estilos del arte son universales. Lo que pedimos al artista es inteligencia para apropiarse de ellos, capacidad para contrastar e ironizar realidades (el “Machete” de Rodríguez frente al mítico martillo de Thor o el Batarang de Batman), audacia para no caer en expresiones fútiles y arrojo para mantener el filo crítico en su trabajo.

El lenguaje artístico de Darvin Rodríguez asume con solvencia estas exigencias, por eso no dudamos en decir que dentro de las propuestas de naturaleza gráfica, “Personajes de acción” milita en la línea de lo bien hecho. El trabajo de Rodríguez más que una exposición, es un aporte a la cultura artística del país que debemos apreciar en su justa dimensión.