Dinero & Negocios

Comprar barato en tiempos de recesión

La menor calidad es una trampa macroeconómica.

11.07.2017

NUEVA YORK
El mercado laboral de Estados Unidos, como un atleta avejentado, se está recuperando más lentamente de las recesiones. Fueron necesarios dos años y medio para recuperar los trabajos perdidos durante la recesión de entre 1990 y 1992.

La siguiente recesión, en 2001, fue corta y moderada, pero el mercado laboral tardó cuatro años en reponerse, provocando que la Reserva Federal administrara un largo camino de tasas de interés bajas. Luego llegó la Gran Recesión. Fueron necesarios siete años para que el empleo volviera a su nivel de 2007, y los salarios reales aún no se han recuperado.

Pero una recuperación lenta también tiene otras causas. En un nuevo estudio, Jaimovich, Arlene Wong y yo mostramos que el comportamiento del consumidor contribuye a recesiones más profundas y recuperaciones más lentas.

Durante las crisis, los consumidores “compran menor calidad” para economizar; reducen la calidad de los productos y servicios que consumen. Restaurantes de comida rápida como McDonald’s y Chipotle y tiendas de almacén general como Target y Wal-Mart ganaron participación de mercado durante la Gran Recesión.

Comprar menor calidad tiene sentido a nivel individual, pero a nivel macro crea una trampa porque los productos y servicios de menor calidad son producidos con menos trabajadores que aquellos de más alta calidad.
En algunos casos, la compra de menor calidad persiste luego que termina la recesión (los consumidores por lo general son criaturas de costumbres), lo que aumenta el tiempo que se requiere para que el mercado laboral se recupere.

En EE UU, la disponibilidad de productos baratos de menor calidad fabricados en países en desarrollo ha aumentado con el tiempo. Esta mayor disponibilidad da a los consumidores más oportunidades para comprar menor calidad, agravando la disminución de la demanda laboral que ocurre durante las recesiones.