Dinero & Negocios

 Problemas en industria manufacturera de EUA

El declive en la industria manufacturera ha dominado el discurso político en Estados Unidos, pero esta historia tan bien conocida tiene argumentos duales

13.02.2018

NUEVA YORK
Unas cuantas industrias que son casos aparte (en particular la farmacéutica, la de dispositivos médicos y la de computadoras) apuntalan el desempeño agregado del sector; muchas otras han experimentado un crecimiento de cero o una disminución indiscutible en el PIB real durante las últimas dos décadas.

Una cuestión que resulta todavía más sorprendente es que una nueva investigación de McKinsey Global Institute analiza los resultados financieros a nivel de las empresas y descubre un marcado contraste en cuanto a desempeño entre las multinacionales manufactureras más grandes de Estados Unidos y las medianas y pequeñas empresas que conforman la mayoría de los establecimientos y empleos del sector.

Como grupo, las empresas estadounidenses más grandes han tenido el tamaño y los recursos para sortear los retos de las dos décadas pasadas de manera exitosa. Sin embargo, mientras que las empresas estadounidenses más importantes han visto sus ingresos internos crecer a una velocidad de más del doble que el crecimiento promedio del sector incluso en el mercado interno, sus proveedores más pequeños -las empresas que los abastecen con los materiales y componentes de los que dependen- han experimentado un crecimiento negativo. Algunos proveedores del primer nivel se desempeñan bien, pero los proveedores del segundo y tercer nivel están enfrentando dificultades en muchas industrias.

Sin capacidad para invertir en nuevos equipos y tecnologías, los fabricantes más pequeños pueden ser hasta un 40 por ciento menos productivos que las grandes empresas; esta brecha es tan considerable que afecta el desempeño de todo el sector. En algunos casos, los resultados finales fueron el cierre de las empresas y la pérdida de empleos. Muchas de las pequeñas y medianas empresas manufactureras lograron sobrevivir reduciendo sus costos, lo cual ha conducido al estancamiento del crecimiento de los salarios.

No obstante, la situación finalmente ha llegado a un punto tan crítico que los fabricantes estadounidenses más grandes se están dando cuenta. Ya han informado que la base de proveedores internos está vacía, lo cual los priva de la agilidad que necesitan para responder rápidamente a nuevas oportunidades de mercado.

Cualquier visión estratégica a largo plazo para hacer que la industria manufacturera estadounidense se vuelva más competitiva a nivel mundial tiene que incluir el fortalecimiento de los proveedores medianos y pequeños en todas las industrias. Las políticas públicas pueden ayudar mediante medidas como los programas de acceso al capital, las aceleradoras de negocios o los incentivos fiscales. Sin embargo, la trayectoria futura de la industria manufacturera estadounidense depende en buena medida de que sus empresas de mayor tamaño ayuden a infundir nueva vida al ecosistema más amplio en el que operan.

(Gary Pinkus es socio gerente de McKinsey en América del Norte. Katy George es socia gerente de la oficina para el Atlántico Medio de McKinsey y miembro del Consejo de MGI. Sree Ramaswamy es socio de McKinsey Global Institute).