Opinión

Tensiones acumuladas

El mundo continúa acumulando presiones, tensiones y conflictos de distinto signo: económicos, políticos y hasta militares, en diversos puntos del planeta.

Así, Europa está experimentando la crisis financiera y laboral más severa desde la Segunda Guerra Mundial, de acuerdo con la Canciller alemana. Los especuladores están aprovechando el alto grado de endeudamiento público en Grecia, Italia, España y Francia a fin de maximizar sus ganancias de corto plazo; la población, particularmente la joven, sufre altas tasas de desempleo, que provocan protestas y rechazos ante las medidas de ajuste y autoridad exigidas tanto por la Unión Europea como por el Fondo Monetario Internacional, que están provocando el fin de las conquistas sociales hasta ahora logradas por el modelo de estado de bienestar.

El colapso de las finanzas y bolsas de valores europeas provocaría una reacción en cadena que afectaría al resto del planeta, provocando otra recesión generalizada de consecuencias devastadoras.

En Asia redoblan los tambores de guerra, ya que Israel amenaza con un ataque preventivo contra las instalaciones nucleares iraníes, luego que los expertos de la Comisión de Energía Atómica infieren que la antigua Persia prosigue con su programa de fabricación de armamento atómico. También Israel no descarta una nueva ofensiva armada contra la población palestina de Gaza.

En el sureste asiático, Vietnam, Filipinas y Taiwán enfrentan disputas insulares y marítimas en el mar de China meridional.

Pekín reclama como parte de su plataforma continental dichos islotes y aguas, supuestamente ricas en yacimientos gasíferos y petrolíferos.

También Japón afronta una problemática similar con respecto a China y ve con preocupación el potencial nuclear de Norcorea, considerándolo una amenaza potencial a su seguridad. Como reacción, ha fortalecido su ejército.

India recién acaba de lanzar con éxito un cohete de largo alcance que puede llegar hasta el corazón de China, que ha incrementado sus programas de asistencia militar a Pakistán, el tradicional rival de Nueva Delhi.

El gobierno chino está expandiendo sus fuerzas marítimas como parte de un programa que busca consolidar su posición como la potencia regional dominante, a lo que Washington ha respondido reforzando la Séptima Flota.

El año 2011, entonces, se cerrará con una dosis de frustración y desaliento, de zozobra, así como temor ante el recrudecimiento de la crisis planetaria que pone en peligro tanto la paz como la economía mundial.

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