La semana anterior, la Organización de Naciones Unidas (ONU), a través de su representante en Honduras, Alice Shackelford, recordó al Congreso Nacional que en este 2024 no ha generado avances para la instalación de la Comisión Internacional contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (CICIH).
La diplomática fue puntual. “Se han dado algunos avances pero estamos en abril y en este 2024 esos avances no se han registrado. Estamos claros que hay una agenda legislativa por cumplir y el Congreso ya conoce qué reformas hacer”, expuso en declaraciones a periodistas locales.
Como ya se ha hecho costumbre, las declaraciones de Shackelford no fueron del agrado de políticos y funcionarios de la actual administración del Estado, que aseguran se siguen dando pasos en firme para que la añorada comisión de lucha contra la corrupción se instale en el país y comience de inmediato su trabajo.
Pero lo cierto es que el tiempo corre y no se conocen, por igual, los avances para la instalación de tal instancia y pareciera que existe una agenda oculta, que mueve hilos, para que se atrase su instalación.
Pero, ¿a quién o a quiénes no les interesa que venga la CICIH?La respuesta todo el mundo la conoce. A quienes temen que el pesado brazo de la justicia les alcance más temprano que tarde, y también a aquellos que pretenden que las cosas sigan iguales en Honduras para seguir actuando al margen de la ley y dilapidando los escasos recursos con que se cuentan para hacer frente a los graves y grandes problemas estructurales que agobian a la población.
Hoy no se trata de echarle culpas a nadie. Se trata de pedirles a quienes están llamados a actuar para que la CICIH se instale lo más pronto posible, hagan lo que les compete para no retrasar más el proceso
