Editorial

Retos que no se deben olvidar

Expertos en laboratorio reunidos por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) esta semana en Santo Domingo, República Dominicana, analizan expandir las herramientas para detectar y vigilar las enfermedades transmitidas por mosquitos en las Américas, en momentos en que la región enfrenta brotes de dengue de gran magnitud y una circulación intensa de chikungunya en algunos países. En ese encuentro, han informado que al menos nueve arbovirus con impacto en la salud pública -como dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla- circulan en Latinoamérica y el Caribe, por lo que recomiendan a los gobiernos fortalecer y ampliar las capacidades de detección y vigilancia por laboratorio para asegurar una respuesta oportuna ante brotes y epidemias.

Paralelamente, científicos reunidos en Francia han alertado de las consecuencias del fenómeno El Niño, ya que las precipitaciones no habituales asociadas al mismo aumentan el número de sitios de reproducción de los transmisores de enfermedades vectoriales y el incremento de temperaturas acelera la transmisión de las enfermedades infecciosas.

Ambos llamados de atención debemos seguirlos de cerca, ya que en nuestro país actualmente se registra una preocupante alza en el número de los casos de dengue, que ya suman más de 10,000 en lo que va del año.

Los escenarios podrían parecer alarmantes, pero no lo son. Hay que reconocer que desde la Secretaría de Salud se impulsan programas de prevención, entre ellos el de la liberación de mosquitos portadores de la bacteria Wolbachia que hace que el zancudo Aedes aegypti no se pueda infectar ni de dengue, ni de zika o chikungunya; sin embargo, también lamentar la apatía de gran parte de la ciudadanía que se resiste a mantener sus entornos libres de criaderos del zancudo transmisor. La lucha contra el dengue es una tarea de todos, y parte de tomar conciencia de que la misma es una enfermedad grave y potencialmente mortal, así como que la prevención y la respuesta temprana son esenciales para reducir su impacto