Editorial

Retorno y reflexiones

Tras una larga semana de vacaciones, los y las hondureñas retoman hoy sus actividades diarias, y se espera que con renovados bríos y entusiasmo, brindando lo mejor de sus capacidades en todas y cada una de las áreas en la que se desempeñan y desde las cuales contribuyen al desarrollo de la patria.

Los retos que todos y cada uno de los hondureños tenemos por delante para construir la patria de oportunidades que aspiramos heredar a las futuras generaciones son muchos.

Se espera que desde la administración pública, sus funcionarios pongan todo el empeño para delinear las políticas públicas que lleven a sentar las bases de la Honduras próspera a la que aspiramos; que se empeñen en cumplir a cabalidad con las tareas encomendadas teniendo como norte el apego irrestricto a la Constitución y las leyes y la transparencia que demanda la ejecución de los presupuestos asignados a cada una de las instituciones que les han confiado liderar.

La lucha contra la corrupción, la violencia, la inseguridad, debe ser permanente, al igual que los procesos para generar el empleo que demandan miles de personas, principalmente los más jóvenes, que se enfrentan a un reducido mercado laboral.

La lucha contra la impunidad tampoco debe dar tregua. Los asesinatos de centenares de mujeres y hombres que a diario pierden la vida producto de la imparable ola de violencia deben ser investigados y judicializados.

Se requiere de un duro y permanente trabajo para que la migración no sea la opción de miles de hondureños que huyen en busca de las oportunidades que aquí no les generan.

Solo con el esfuerzo de todos y cada uno de sus hijos e hijas, sin importar sus condiciones sociales, económicas o sus posiciones en el engranaje público, Honduras logrará superar los problemas que arrastra y golpean a gran parte de su población, que desgraciadamente se debate en indecorosos niveles de pobreza y pobreza extrema.