Editorial

Proyectos habitacionales abandonados

El déficit de vivienda es uno de los problemas históricos de Honduras, situación que ha sido marcada por la falta de políticas serias y permanentes encaminadas a resolver el mismo.

Aunque no se puede desconocer que los diferentes gobiernos han impulsado algunos proyectos y programas para el sector, el déficit habitacional ha sido siempre, más allá de la oferta electoral, una carga pesada para miles de familias que sueñan con tener a lo largo de su vida un techo que los cobije.

Siendo un problema de vital importancia para el país, asombra que los pocos proyectos que se han impulsado en este campo estén abandonados o no se hayan concluido por diversas causas, entre ellas la extrema burocracia gubernamental.

Tal es el caso de los proyectos que se impulsaron en la administración anterior para atender las necesidades de vivienda de más de 2,000 familias que resultaron afectadas por los huracanes Eta y Iota que azotaron el país en noviembre de 2020.

El equipo de investigación de EL HERALDO Plus ha constatado que son siete los proyectos habitacionales que se ejecutaron por medio de la Unidad Coordinadora de Proyectos (UCP) con fondos del fideicomiso del Sistema Tecnológico y Logístico para la Administración de los Derechos de Propiedad en la República de Honduras (Sitec) del Instituto de la Propiedad (IP), que están paralizados porque no les pagan a las empresas constructoras.

Son 2,221 casas que estaban destinadas para el mismo número de familias que resultaron afectadas por los huracanes Eta y Iota en 2020 en los departamentos de Yoro, Cortés, Santa Bárbara y Choluteca, quienes, por la desidia de las autoridades, siguen viviendo en las zonas de riesgo. Otro proyecto, el conocido como Lomas del Diamante, al sur de Tegucigalpa, se cae a pedazos y sus habitantes ruegan que los reubiquen.

Las familias que serían beneficiadas por estos proyectos claman por una solución expedita a los problemas de financiamiento que tienen parados y en el abandono los proyectos.

Ojalá sus clamores sean atendidos por las autoridades competentes, pues el escaso dinero que se destina a estos proyectos debe ser manejado con la mayor transparencia posible.