Hoy, 24 de octubre, se celebra el Día Mundial contra la Polio, una fecha que llama a la reflexión alrededor de la importancia de mantener activas las campañas de vacunación en contra de esta enfermedad viral que puede afectar la médula espinal causando debilidad muscular y parálisis.
Esta es una fecha importante también para resaltar el trabajo de Honduras en contra de la polio y el empeño de las autoridades sanitarias en no dejar caer las tareas de vigilancia y de vacunación, con las que se logró la erradicación del virus en nuestro país en 1989.
Pero la tarea no terminó ahí, pues la amenaza de nuevos casos ha estado siempre latente, ya que si bien es cierto que el último caso en el continente americano se reportó en Perú en 1991, en los últimos años se han encendido las alarmas con la aparición de nuevos casos en al menos 20 países, incluso en Honduras, en 2019 se estudiaron algunos casos probables de la enfermedad, los que fueron descartados más tarde, científicamente.
Lo anterior obliga a las autoridades sanitarias a redoblar esfuerzos para mantener los programas de vigilancia epidemiológica e intensificar las campañas de vacunación, que este año, como consecuencia de la pandemia, se vieron limitadas en su cobertura.
La responsabilidad es también de la población, principalmente de los padres y madres de familia, que deben asegurarse que sus hijos menores cuenten con el cuadro completo de vacunas contra la polio, pero también contra el resto de enfermedades prevenibles con las que dispone el Programa Ampliado de Inmunizaciones, que de paso está decir es uno de los más consolidados del continente americano.
No hay que bajar la guardia, porque tal como lo vienen advirtiendo desde la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, el riesgo de la polio persiste mientras no se logre erradicar de la faz de la tierra.