Editorial

La poliomielitis

Es una enfermedad viral que los especialistas y científicos explican puede ser grave y, en algunos casos, dolorosa, y dependiendo de su intensidad, causar discapacidad permanente o incluso la muerte.

Hoy, que se celebra el Día Mundial contra la Polio, recordamos que a mediados del siglo XX esta enfermedad mataba o paralizaba a más de medio millón de personas en el mundo cada año y que gracias a la vacunación se eliminó de las Américas.

Recordamos que en Honduras fueron muchos los y las hondureñas que sufrieron las secuelas de esta enfermedad, pero también que el país sobresalió a nivel continental y mundial por la ejecución casi impecable de un Programa Nacional de Vacunación, que fue el pilar fundamental para que su territorio fuera declarado libre de la enfermedad en 1992.

Esos niveles de vacunación cayeron durante la pandemia del covid-19 y no han logrado ser recuperados, lo que no deja de causar preocupación, más en momentos en los que se han encendido las alarmas con la aparición de nuevos casos en al menos 20 países.

Por eso, hoy es imperativo llamar la atención sobre la importancia de la vacunación de los niños y niñas menores de cinco años y la responsabilidad que tienen para alcanzar tales propósitos las madres y los padres de familia, que deben asegurarse que sus hijos menores cuenten con el cuadro completo de vacunas contra la polio, pero también contra el resto de enfermedades prevenibles de las que dispone el Programa Ampliado de Inmunizaciones.

No hay que bajar la guardia, porque tal como lo vienen advirtiendo desde la OPS/OMS, el riesgo de la polio persiste mientras no se logre erradicarla de la faz de la tierra. No olvidemos que la poliomielitis es incurable, pero puede prevenirse con la vacunación